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Del Rivero asegura que Sacyr desistió de comprar el BBVA tras el incendio del Windsor

MADRID
SERVIMEDIA

El expresidente de la constructora Sacyr Luis Del Rivero aseguró este miércoles al juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón que desistió de hacerse con la mayoría accionarial del BBVA por miedo, después del incendio que se declaró en el edificio Windsor de Madrid, en el que Deloitte tenía los documentos de auditoría de FG Valores, fundada por el presidente del banco Francisco González e investigada por la Fiscalía Anticorrupción.

El empresario es el primero en declarar como perjudicado en la investigación sobre los contratos suscritos por el BBVA con el comisario jubilado José Manuel Villarejo para neutralizar esta operación de compra en 2004 y someter a espionaje a empresarios, miembros del Gobierno y adversarios en general, a los que denominaban ‘grupo hostil’.

Toda esta investigación está contenida en la llamada ‘Operación Trampa’ para evitar la entrada de Sacyr en el accionariado del banco con una posición predominante y la previsible destitución como presidente de González. Para ello, Villarejo se valió de su condición de policía en activo para recabar información y someter a empresarios y políticos al control de sus mensajes y llamadas de manera ilegal.

Fuentes con conocimiento de la declaración, aseguraron que Del Rivero ha explicado al magistrado que la operación de compra por parte de la constructora contaba con el respaldo del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y del Partido Popular, con los que había habido interlocución directa sobre esta operación.

CONTACTOS DE ALTO NIVEL

En concreto, el empresario explicó al juez que mantuvo reuniones con el entonces ministro de Economía y vicepresidente del Gobierno, Pedro Solbes; el exdirector general de la Oficina Económica del Gobierno, Miguel Sebastián; con el gobernador y el subgobernador del Banco de España, Jaime Caruana y Gonzalo Gil García, respectivamente; y con el entonces líder del PP, José María Aznar, que no vieron objeción alguna para la operación.

Del Rivero explicó al juez que mantuvo una reunión con el directivo del BBVA José Ignacio Goirigolzarri, al que informó de su intención de hacerse con entre el 3 y 5 por ciento de las acciones del banco. Después de esa primera reunión, mantuvo un contacto discreto con Solbes y se reunió con él formalmente en la sede del Ministerio al día siguiente, contando con el apoyo de Société Genérale para la operación.

Previamente, el empresario había hecho llegar al presidente del Gobierno, José María Aznar, sus intenciones, que no despertaron reticencias. También se habían celebrado contactos con el presidente de Société Genérale para España y Portugal, Donato González. Si bien esas reuniones se mantienen en noviembre, la operación se gesta entre marzo y mayo cuando tantearon a Aznar, él y su vicepresidente Juan Abelló, para saber cómo veía el asunto. Tras esto se lo comunicaron al Gobierno a principios de junio, por medio de la Oficina Económica.

Según ha explicado Del Rivero ante el juez, para entonces ya habían contactado con Société Genérale y su presidente para España y Portugal, Donato González, y sólo después de haber comprado acciones hasta alcanzar el 3,16 por ciento del capital del BBVA, se puso en contacto con el ministro Solbes.

El día 8 de noviembre de 2004, el presidente del Sacyr se reunió con José Domingo Ampuero y Santiago Ybarra, ambos accionistas del banco y éste último hermano del expresidente de la entidad Emilio Ybarra. Sólo entonces Del Rivero comunica la compra de acciones al Gobierno. Al juez le ha dicho que nunca se reunió con el entonces vicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) Carlos Arenillas y ha confirmado encuentros con el exministro de Industria de Zapatero, Miguel Sebastián. Ambos están también citados a declarar. Según el empresario, el Gobierno se mantuvo en todo momento al margen de la operación, aunque tenía conocimiento de ella.

El intento de compra se convirtió en un auténtico “calvario” que desembocó en la renuncia a culminar la compra después de meses de presión que, según los informes que realizó Villarejo para el BBVA, acabaron costando al empresario “dos infartos”. La gota que colmó el vaso fue el incendio del edificio Windsor, en pleno centro de Madrid, en febrero de 2005.

Tras el suceso, Sacyr abandonó la idea de hacerse con la mayoría accionarial del BBVA, una operación que desencadenó una “guerra” y que le hizo asegurar al magistrado que de no haber renunciado “no habría conocido a mis nietos”. Además, explicó al juez, fue objeto de una intensa campaña de desprestigio en prensa dirigida a él personalmente y a la empresa que presidía.

La presión llegó a ser tan grande que el 15 de febrero de 2005 el Consejo de Administración de Sacyr Vallehermoso decidió formalmente no seguir con la operación, y en menos de 24 horas acordó vender las acciones del BBVA con un descuento del 3 por ciento.

(SERVIMEDIA)
14 Abr 2021
SGR/clc