Ábalos protagonizó un acto del partido en Parla junto a la número dos de la candidatura, Hana Jalloul, en el que alertó de que está “en juego” la democracia porque, en Madrid “hay un problema en serio de convivencia” porque en el PP “le han dado carta blanca a la derecha” tras alimentar la “tensión” que “tanto han usado” en Cataluña.

En Madrid, el PP ha practicado una “experiencia de amor conjunto”, que no se ha visto en otros lugares como Galicia y, por tanto, han “permitido” y son “conscientes” de que son “aliados” de esta extrema derecha con la que se llevan “estupendamente”.

“Nos jugamos la convivencia en Madrid”, avisó el dirigente socialista después de compartir que “la derecha franquista se ha quitado los complejos” y “ya no se avergüenzan. Han recuperado ese lenguaje” y, además, “practican la violencia” que no hace falta que sea física, que también, sino verbal, con "el acoso y el hostigamiento permanente contra todos los que no pensamos como ellos”.

“Esto no sale gratis y está generando tensiones en la convivencia”, advirtió Ábalos, porque, además, tras estas elecciones “quieren un Gobierno para tensionar y confrontar”, resumió el ministro. “Nos jugamos la convivencia y tener un Gobierno que gestione” y el que estaba era un “Gobierno fallido” porque pese a la mayoría absoluta fue “incapaz” ni de sacar unos Presupuestos para la Comunidad.

INUTIL Y COBARDE

Ábalos no solo arremetió contra el PP y Vox, sino que también dedicó un guiño a Ciudadanos después de criticar la convocatoria de elecciones porque ya estaban “gobernando con mayoría absoluta”. “Si alguna cosa ha sido más inútil y cobarde ha sido Ciudadanos. ¡Qué derroche de apoyos!”, fanfarroneó el ministro.

El ministro criticó el uso del concepto de “libertad” que el PP emplea en su lema porque “no hay libertad sin igualdad” y “la libertad de ellos es hacer lo que les dé la gana dando rienda suelta a sus privilegios”.

Ábalos resumió la política social de Ayuso en “tomarse una cerveza”, a la que “no va invitar”, porque su concepción de “los bares nos hacen a todos iguales” evidencia su concepción de que “convergemos todos porque unos consumen y otros sirven”.

Además, dijo, muestra el camino de la “resignación” a la que llaman a los ciudadanos ante los problemas de “vivienda cara, y vida dura” de Madrid con el “solo incentivo de la cervecita al final del día”, remachó.