El segundo bloque del debate electoral organizado por Telemadrid, dedicado a ‘El reto sanitario’, lo arrancó la candidata de Más Madrid, Mónica García, quien tuvo que responder a la pregunta de qué hará con el Hospital Isabel Zendal. “Lo vamos a aprovechar”, aseguró, aun apuntando que no tiene características para ser hospital y no hacía falta llevarse allí a profesionales de otros centros.

Luego denunció el escaso gasto sanitario en la Comunidad de Madrid, fruto de los gobiernos del PP, y defendió atraer a profesionales y un modelo distinto para las residencias, a su juicio “vendidas al peor postor”, lo cual deparó un exceso de fallecidos por coronavirus y “una traición a los mayores”. Por ello, propuso invertir y echó en cara a la presidenta y candidata del PP que no se enorgullezca de la sanidad pública.

Después tomó la palabra la propia presidenta, quien justificó la estructura del Zendal y acusó a García de utilizar su trabajo de médico “para hacer pancartas”. Luego aseguró que las muertes de ancianos “no se podían haber evitado” ni dentro ni fuera de las residencias. “No hemos dejado morir a la gente”, aseguró, denunciando “poca ayuda” por parte del Gobierno español y asegurando que la tragedia ocurrió en todo el mundo.

Presumió de la sanidad madrileña, con algunos de los mejores hospitales y los centros de salud con más horario de apertura, y anunció un plan de 80 millones para profesionales. Acto seguido criticó que la izquierda pretenda patrimonializar la sanidad pública “porque necesitan azuzar el dolor”, y por eso los pacientes iban al Zendal “sugestionados” y con miedo.

El candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, terció que Madrid es la comunidad que menos invierte en sanidad pública y se deniegan un 25% de las solicitudes de dependencia. En su lugar, llamó a “invertir mil millones para que la atención primaria funcione" y contratar profesionales. Para ello, dijo que “es necesario que la Comunidad de Madrid cumpla con la Constitución en materia fiscal” subiendo impuestos a ricos.

La candidata de Vox, Rocío Monasterio, se quejó de que toda la izquierda votara en la Asamblea de Madrid contra un plan de 100 millones y reconocer la Covid-19 como enfermedad profesional por el hecho de que lo propusiera Vox, y por ello les espetó que “dejen de dar lecciones”.

IGLESIAS, COMO ERC

El candidato de Ciudadanos, Edmundo Bal, insistió en rechazar los insultos entre sus rivales, como en su primer bloque, y propuso que los 11.000 sanitarios contratados para vacunación se queden, así como una mayor inversión en ciencia y una modernización de la atención primaria, coordinándola con la hospitalaria, y promover la conciliación y dignificación salarial de los profesionales sanitarios. Finalmente, defendió blindar una periodicidad de la oferta de empleo público, mientras a Iglesias le echó en cara que recoja las críticas de ERC al ‘dumping fiscal’ de Madrid.

El candidato del PSOE, Ángel Gabilondo, partió de la falta de gasto sanitario por habitante y pidió basarse en los centros de salud, cuando 70 han estado inactivos; propuso crear 30 nuevos y limitar a 72 horas el plazo para recibir una cita. Para la vacunación, recogió la idea de Bal de un pacto o estrategia conjunta entre los partidos.

Monasterio coincidió en que hay que vacunar a toda velocidad, y para ello pidió un plan serio, reforzar la atención primaria e implicar a hospitales públicos y privados. Tachó de “cínicas” las propuestas de la izquierda, porque las rechaza cuando las propone Vox, y sugirió recortar el gasto en diputados en la Asamblea, consejerías, entes y fundaciones que gastan “lo que no tenemos”.

Iglesias contestó que, para chiringuito, el que le puso la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre al hoy líder de Vox, Santiago Abascal, pero Monasterio le contrarreplicó que éste cerró dicho organismo. Iglesias criticó a Vox por votar en el Congreso contra la subida de pensiones, y esgrimió la subida del SMI como logro para hacer creíbles sus propuestas electorales de que el dentista y las gafas sean gratis para los madrileños.

García sugirió dejar de molestar a los ciudadanos y bajar el tono y subir el nivel político. A Ayuso le instó a renovar el argumentario de la expresidenta Cristina Cifuentes y a Bal le reprochó que Cs no pusiera en marcha sus propuestas cuando estaba en el Gobierno. Éste le replicó que no aterrizaba sus propuestas de cómo mejorar la atención primaria, dejándola en “eslóganes vacíos”, y reivindicó su plan de residencias para meter en ellas personal médico, que aseguró que su partido tenía redactado cuando Ayuso disolvió la Asamblea. Finalmente, se encaró con Monasterio, quien volvió a llamar “traidor” a Ciudadanos por la moción de censura.

Iglesias y Ayuso se dispararon sendas preguntas sobre cuántos hospitales y funcionarios hay en Madrid, y la presidenta prometió un plan para reducir listas de espera aunque aseguró que es la región que menos tiene. El líder de Podemos contraatacó con el número de ancianos muertos en residencias y Ayuso replicó que del Gobierno sólo le ayudó la Unidad Militar de Emergencias. Fue el momento en el que Iglesias precisó que fue él desde la Vicepresidencia de Derechos Sociales el que indicaba a esos militares las residencias a las que tenían que acudir para ayudar a desinfectar

Gabilondo se sumó al dolor por los muertos en las residencias y propuso replantear el modelo porque a su juicio no funciona, mientras Monasterio cerró el bloque reiterando su apuesta por reducir gastos políticos para dedicarlos a atención primaria, vacunación y pruebas diagnósticas.