Pero, al tiempo, reconocen que “si no movilizan con esto”, del riesgo que corre la democracia, “no sé con qué, y, por tanto, no les queda otra oportunidad. El punto de inflexión lo sitúan en la sucesión de hechos desde la recepción de cartas amenazantes con balas que recibieron el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; la directora de la Guardia Civil, María Gámez, y el “candidato” de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, como remarcó Pedro Sánchez en su discurso; y en la condena a lo ocurrido.
En la no condena y duda sobre las amenazas por parte de Vox, y la "equidistancia", por poca contundencia, en el PP. Así como en el plante de Iglesias en un debate electoral al exigir a la candidata de Vox, Rocío Monasterio, la condena de lo ocurrido. Gesto, el de levantarse del debate, que también siguieron después los candidatos de PSOE y Más Madrid.
Con estos hechos, en el PSOE, según fuentes consultadas por Servimedia, admiten que el PP ha “perdido el control de la campaña, lo cual no significa que otros lo tengan”.
Así, indican que hay que mantener la tensión en los días que restan con este enfoque de que está en juego la democracia porque se está movilizando a su electorado. “Si con eso no se mueven no sé con qué”, reconocen.
En este sentido también ven que Ciudadanos puede sacar rédito de esta polarización si son capaces, dicen, de presentarse como el centro entre los dos extremos.
Y admiten que, de lograr ese lugar la candidatura de Edmundo Bal, el voto será en detrimento del PP, por lo que podría incluso beneficiar a las filas socialistas.
Esta campaña, diferente donde las haya, está costando al PSOE -y a todos los partidos- palpar el verdadero ambiente de la ciudadanía ante la cita con las urnas, aunque sí creen que se ha producido un “verdadero punto de inflexión” que deben aprovechar.
Tal es así que desde que se conocieron las amenazas con balas al ministro y a la directora de la Guardia civil ambos han estado en los actos principales de la campaña socialista en Madrid, más de lo que inicialmente estaba previsto la participación de Marlaska.
Desde el inicio de esta campaña, el PSOE puso el foco en la dualidad de bloques, en el enfrentamiento entre izquierda y derecha, y se dirigía al PP-Vox como el “gobierno de Colón”.
Pero reconocen que lo ocurrido días atrás, con las amenazas y la no condena de Vox, permite que la campaña se ponga como ellos querían y así han lanzado la segunda ofensiva que se resume en el lema que hoy estrenaron ya en la cartelería de: "No es solo Madrid, es la democracia”.