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Sector financiero

Gortázar dice que “escucharán” al Gobierno y sindicatos, pero que deben tomar las decisiones sobre el ERE “conforme a los intereses” de CaixaBank

- Detalla que la política retributiva está decidida y se podrá votar en la próxima Junta
- Cifra en 1.500 millones la revalorización del 16,1% que ahora tiene el Frob en el banco fusionado

MADRID
SERVIMEDIA

El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, aseguró este jueves que en el banco van a “escuchar a todo el mundo”, incluido el Gobierno y los sindicatos, en alusión al ajuste previsto de la plantilla, pero que “la obligación” es tomar las decisiones conforme a lo que resulte “mejor para los intereses de la entidad” que encara un futuro con tipos estructuralmente bajos y una competencia en auge por la transformación digital.

Su manifestación la realizó durante la presentación de los resultados del primer trimestre, los primeros que formula la entidad tras completar la fusión, y donde logró un beneficio recurrente de 514 millones frente a los 90 millones ganados por CaixaBank en solitario un año antes y sin extraordinarios.

Se dispara, sin embargo, a 4.786 millones cuando se contabilizan los 4.300 millones generados por el fondo de comercio o ‘badwill’ negativo de la fusión, aunque Gortázar aclaró que es un tema “técnico”, sin entrada de “ni un solo euro” en caja por lo que no servirá para costear la integración ni irá, en ningún caso, a futuros dividendos.

“Lógicamente, vamos a escuchar y escuchamos todas las voces, todas las críticas también, y las sugerencias, y al final tendremos que tomar las decisiones que pensamos que serán las mejores para la entidad”, apuntó al ser cuestionado por las denuncias formuladas por la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, y a la que posteriormente se sumaron otros ministros.

Calviño aseguró que el Ejecutivo iba a intentar que se “minimice” el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) planteado por CaixaBank y que afectaría a casi 8.300 trabajadores, con 7.791 salidas y la reubicación de otras 500 personas en filiales de la entidad, y calificó de “inaceptables” los altos bonus que disfrutan los ejecutivos de banca, sobre todo, cuando se producen al tiempo ajustes de personal.

El banquero asumió que es una “obligación” escuchar las opiniones, máxime cuando se trata de un miembro del Gobierno y siendo al tiempo también “conscientes de que tienen una participación muy relevante en CaixaBank”, en alusión al 16,1% que controla el Estado a través del Frob.

Gortázar expresó, además, “máximo respeto” con sus opiniones sobre el tema de la remuneración, pero a reglón seguido se sumó a lo expresado por los consejeros delegados del Santander, José Antonio Álvarez; de BBVA, Onur Genç; y del Sabadell, César González-Bueno, defendiendo que es “un tema muy regulado, de los más regulados” a raíz precisamente de la última crisis financiera que arrancó en Estados Unidos.

Según recordó, la retribución en banca es algo “extraordinariamente reglamentado” y el sistema “es robusto” desde la óptica de gobierno corporativo, ya que son decisiones que se toman en la Comisión de Retribución, se visan por el Consejo de Administración y se llevan a la Junta de Accionistas “con la máxima publicidad”.

“Lógicamente, tenemos que ser deportivos y aceptar los comentarios y las opiniones sobre este tema, como es lógico”, apuntó, remarcando que cualquier decisión debe adoptarse siguiendo esos protocolos de gobernanza y, dado que la política ya está definida “debe ahora ser aprobado o denegado en la Junta” próxima que celebrará CaixaBank.

“El único camino que podemos seguir en este momento es que en la Junta se tomen, se expliquen y se voten las decisiones de una serie de puntos entre los cuales está la remuneración”, agregó, subrayando que otros que puedan incorporarse requieren en un plazo legal desde que se hacen públicos hasta que se aprueben, de forma que “no se pueden cambiar sin generar un retraso en la Junta y unas complejidades notables”.

AJUSTES FRENTE AL ESCENARIO

En alusión a los ajustes previstos, el banquero expuso que la digitalización es una realidad que obliga a reaccionar y las entidades lo han hecho “en anticipación” con una fusión aprobada por todos los agentes involucrados, con un respaldo del 99% de los accionistas en Junta y de la que se preveía una mejora de la cuenta vía sinergias, de forma que esperaba ajustes. Explicó que la presión “es continua y va a continuar en los próximos años” porque los tipos negativos para la banca abaratan el crédito sin que pueda compensarlo con los depósitos, ya que su remuneración ya está en el cero por ciento.

Al respecto, mostró su convencimiento en que esta situación de tipos es ya “coyuntural” tras más de cinco años en tasas negativas para la banca y a eso se suma la rivalidad añadida en un negocio en creciente transformación digital donde los clientes eligen otra forma de relacionarse y la competencia es alta por los nuevos entrantes que meten presión “en calidad de servicio” y precios. Expuso que más de 10 de los 21,1 millones del nuevo grupo son digitales ya y su cuota ha pasado del 47 al 70,5% en el último año.

En este contexto refirió que los cálculos del ERE son producto de meses de análisis que han dado lugar a una cifra “muy trabajada” y es preciso “poner en contexto que no estamos en tiempos fáciles y que los tiempos que no son fáciles requieren decisiones difíciles”, aunque “no gustan” y “es duro”. “Nuestro compromiso es hacer las cosas de la mejor manera posible para que nadie” o el menor número posible de personas “salgan perjudicadas”, reconociendo que hay “margen” para acercar posiciones y firmar un acuerdo sin imposiciones de despidos.

“Lo que no podemos es irnos a la inacción porque si vamos a la inacción lo que tendremos es en peligro la sostenibilidad de los puestos de trabajo, no de las 8.000 personas afectadas, sino de las 43.000 que quedan en CaixaBank y queremos, lógicamente, preservar y desarrollar su futuro profesional de la manera más adecuada”, manifestó.

A pesar del radical rechazo actual de los sindicatos al plan por su volumen y condiciones, apuntó que “vamos a dejarnos la piel para llegar a un acuerdo” que, al final, todo el mundo entenderá. “Estoy convencido de que si llegamos a un acuerdo con los sindicatos y la dirección, pues tendremos lógicamente el respeto del resto de la sociedad, incluyendo las personas que puedan estar en el Congreso o el Gobierno y que tengan una opinión sobre el tema”, agregó.

Eludió cifrar el coste del ERE al ser “prematuro” ya que está abierta la negociación y se prevé cerrar en el mes de junio, y precisó además que el impacto de 2.200 millones avanzado en septiembre es comprensivo de muchos costes, no solo los derivados del ajuste de personal.

Gortázar reivindicó que el compromiso de CaixaBank es, además, recolocar a todos los empleados que salgan con el ERE con el programa que pondrá en marcha de la mano de Lee Hecht Harrison, filial especializada del Grupo Adecco, y la consultora estratégica McKinsey para explorar las mejores oportunidades en los sectores que precisen mano de obra.

Explicó que para ello se hará un análisis exhaustivo de oportunidades y se formará a los trabajadores o recualificarán para los nuevos puestos, convencido de que todos tendrán nuevos empleos porque con la reactivación económica y la transformación que se avecina con los proyectos financiados con cargo al fondo Next Generation UE se abrirán oportunidades.

“Habrá personas que por edad y por intereses quieran jubilarse y lo harán. Eso es siempre una salida, pero queremos ayudar también a que otras personas, en otras condiciones, puedan adquirir nuevas capacidades” y recolocarse, indicó.

Además, garantizó que no habrá ningún ERE posterior al actual “ni en el 2025 ni en ningún otro año” porque el banco ha decidido resolver todo el ajuste de una vez, ya que es un proceso que “desgasta porque es duro”. La intención es que las salidas se produzcan en un periodo de “entre 6 y 12 meses” y confía que eso facilite la recolocación al ser de cara a la “recuperación económica muy fuerte” que el banco espera como también el Gobierno, el Banco de España o el FMI.

En alusión al impacto de la fusión en la valoración que tiene el Frob de Bankia indicó que se ha producido una “revalorización” de su participación en 1.500 millones de euros, ya que la tenía contabilizada en “2.000 millones en números redondos y a día de hoy vale 3.500” millones.

(SERVIMEDIA)
06 Mayo 2021
ECR/clc