Por un lado, los malos resultados del PSOE en Madrid en las elecciones del 4-M requerían una asunción de responsabilidades pedida por cargos internos del partido. Ferraz exigía también a la federación madrileña movimientos, pero tanto el candidato, Ángel Gabilondo, como el secretario general, José Manuel Franco, se resistían.

Finalmente, y tras un conversación entre Sánchez y Franco, el líder de los socialistas madrileños ha presentado la dimisión y ahora una gestora se hará cargo del PSOE madrileño por segunda vez desde que Pedro Sánchez lidera el Partido Socialista. En febrero de 2015, Sánchez cesó al entonces líder madrileño, Tomás Gómez y, para las elecciones autonómicas de mayo optó por Ángel Gabilondo, a quién mantuvo en las de 2019 y en estas recientes del 4-M.

La dimisión de Franco “era imprescindible”, señalan fuentes socialistas a Servimedia, lo que puede suponer a la vez una mayor presión si cabe para Gabilondo.

Por otro lado, tras tener constancia de la intención de Susana Díaz de adelantar las primarias para la elección de candidato ante una posible convocatoria electoral en Andalucía, Ferraz anunció la intención de abrir el proceso en la reunión de la Ejecutiva que analizaría los resultados de Madrid.

El objetivo es lanzar ya al PSOE andaluz por si el presidente de la Junta, Juanma Moreno, decide convocar elecciones y para que el partido no esté inmerso en una división interna por el cuestionamiento del liderazgo de Susana Díaz.

De este modo, Sánchez pone en marcha un doble proceso interno en dos federaciones fundamentales para el PSOE por cuanto son la primera y la tercera federación en número de militantes.