Así lo destacó este martes la directora de la Oficina de Transparencia de la CEE, Ester Martín, durante la rueda de prensa en la que acompañó al portavoz y secretario general del Episcopado, Luis Argüello, para presentar la Memoria de Actividades de la Iglesia relativa a 2019.
Los datos, adelantados el pasado marzo, reflejan que los contribuyentes asignaron a la Iglesia 301,2 millones de euros, lo que supone un aumento de más de 16 millones de euros respecto a 2019.
Martín subrayó que en los 2.433 centros católicos concertados están escolarizados 1,5 millones de alumnos. Ese ahorro al Estado al que aludía, concreta la memoria, corresponde a 3.722 millones.
En esos centros hay 62.284 aulas que también dan cobijo a 70.795 alumnos extranjeros, con lo que el 15% de los alumnos inmigrantes está escolarizado en la escuela concertada. También hay 35.294 profesores de religión y 3.337.917 alumnos inscritos en la asignatura de religión.

CRISTAL DE LA PANDEMIA

El documento, recalcó Argüello, hay que observarla desde “el cristal de la pandemia”. “Estas nuevas circunstancias están siendo un desafío grande y prevemos que en el porvenir ese desafío va a ser mayor”, dijo. En su opinión, con la crisis del Covid-19 “emerge con fuerza lo que la Iglesia es y lo que proclama”, en concreto “la esperanza ante la muerte” y una “propuesta de amor”.“Este color nuevo hace que los rostros, los números, los datos adquieran una importancia nueva y distinta”, añadió, recalcando que los datos presentados son “pre pandemia”.
“Los datos hacen ver que la Iglesia está en todos los problemas que tiene la sociedad y tiene una respuesta para los problemas reales que hay en la calle y también para esta pandemia”, dijo Martín, enumerando cuestiones como la violencia de género, la soledad de los mayores o la vulnerabilidad de otros colectivos.
La memoria recoge más de 100.000 datos procedentes de las diócesis españolas y ha sido auditada externamente, según estándares internacionales, por PwC.