Durante su intervención, Almeida recordó que hoy se celebra un día de San Isidro “atípico”, como ya ocurrió el año pasado, y que se está atisbando el final de la pesadilla de la pandemia, por lo que existen motivos para la esperanza, aunque no ha sido “fácil” llegar a este momento.

Además, aseguró que Madrid es tierra de “presente y de futuro” y que es una ciudad con un potencial “inmenso aún por explotar”, al tiempo que señaló que todo el mundo ha visto como hacer política de otra forma “es posible” y que los ciudadanos son conscientes de que, a pesar de las diferencias, es “mucho más lo que nos une que lo que nos separa”.

Asimismo, dedicó unas palabras de agradecimiento a todos los premiados para poner en valor sus méritos, sus logros tanto a nivel profesional como personal, su ejemplo de superación y todo lo que representan para Madrid.

MEDALLAS DE HONOR

Las exalcaldesas de Madrid, Ana Botella y Manuel Carmena, recibieron las medallas de honor del consistorio de la mano de Almeida. Durante su intervención, Botella agradeció el reconocimiento de esta medalla al “privilegio” que tuvo de haber servido durante 12 años a los madrileños en este Ayuntamiento, y por haber sido la primera mujer elegida para la alcaldía de la capital.

Asimismo, mostró su orgullo por haber participado en un proyecto político de “modernización· que logró que Madrid “pusiera los pies en el siglo XXI” y mejorara la calidad de vida. A su juicio, Madrid no sabe qué es “resignarse” ni “ensimismarse” y conoce “muy bien” el sentido de la palabra “concordia”. Además, aseguró que Madrid es una ciudad “unida y comprometida por la libertad”.

Por su parte, Carmena subrayó que cómo no va a aceptar esta medalla que se la otorga un equipo de ideología “diferente” y que es un gesto de “encuentro, de reconocimiento, de acuerdo”. En este sentido, lamentó que se está viviendo un “inútil y desaprovechado confrontamiento” en el debate político.

Por ello, abogó por “olvidar para siempre” un debate político que se basa en “insultos, bromas, injurias y descalificaciones”, y esforzarse no solo en tener estos “reconocimientos institucionales”, sino en tenerlos “día a día”. Así, invocó a San Isidro, a quien pidió un “milagro civil”, para que los políticos sean capaces de tener un debate en el que “se escuche al otro porque quizá tenga algo importante que decir”.

CATEGORÍA DE ORO

También se entregaron las medallas en la categoría de oro a la Fundación José María de Llanos, recogida por su presiente, Juan de Dios Morán, quien aprovechó su discurso para destacar que esta medalla más que un premio es un “jalón” que les anima a “no parar”, a “mejorar” y a adaptarse a los restos de los nuevos tiempos, a las necesidades y a saber que tienen que seguir “luchando”.

Por su parte, el escritor Andrés Trapiello señaló que no sabe por qué le han dado esta medalla, ya que cree que mucha gente lo merece más que él, y aseguró que en lo que nadie le gana es el “amor a la ciudad”. Así, comentó que cree que a todos los que les han dado están medalla lo han hecho “más que por sus méritos, por las ganas que tienen de hacer que esta ciudad sea de todos”.

Con la medalla a este escrito hubo polémica porque el PSOE de Madrid, pese a votar a favor de la concesión de la medalla, criticó el “revisionismo de la historia que él representa”. Días más tarde, el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, aseguró que el autor no le parece “revisionista”.

José Ramón Márquez, Ramoncín, tras recoger la medalla, señaló que su barrio es “su patria” y que Madrid es el “universo” en el que decidió vivir toda su vida. “En casa nos educaron y en las aulas nos instruyeron”, comentó.

Para cerrar esta categoría, al presidente del Patronato del Teatro Real, Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, subrayó que no hay reconocimiento “más honroso” que el que te concede tu propia ciudad, y que esta medalla supone una “obligación” de redoblar su compromiso en todas las dimensiones de su quehacer empresarial, personal, cultural y social.

CATEGORÍA DE PLATA

La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, fue la encargada de entregar las medallas del Ayuntamiento de Madrid en esta categoría en la que recogieron esta distinción el presidente de la Plataforma del Tercer Sector de Madrid, Antonio Llorente; Sor Josefa Pérez para el comedor del convento de las Hijas de la Caridad; el taxista jubilado Matías Martínez Olmo; la futbolista del Club Atlético de Madrid, Virginia Torrecilla, y la viuda de Jaime Carvajal Hoyos, Sandra Falcó, fue la encargada de recoger este premio que entregaron a su marido a título póstumo.

Torrecilla, en representación de todos los premiados en esta categoría, dedicó unas palabras a las personas que viven enfermedades “tan duras” como la suya, a quien detectaron un tumor en la cabeza hace un año, les dijo que sean “positivos”, que se rodeen de gente que les quiera y que “nunca” se rindan.

Al respecto, recordó que hace un año estaba esperando para entrar a quirófano para que la operasen y un año más tarde está recogiendo un premio. Por ello, animó a la gente a luchar hasta el final, porque, aunque el camino sea “largo y doloroso”, “vale la pena llegar hasta el final”.

Para acabar, Villacís reconoció la labor y el “ejemplo” que de todos los premiados, al tiempo que recordó que el año pasado se tuvo que vivir esta entregada de medallas con “pesadumbre”, pero que hoy, gracias a las vacunas contra la Covid-19, se vuelve a “respirar” otro Madrid.