Nutrición

El 70% de los españoles ha tomado algún suplemento alimenticio en el último año

MADRID
SERVIMEDIA

Siete de cada 10 españoles afirma haber tomado algún tipo de suplemento en el último año, especialmente complementos alimenticios. Con ello, estos datos apuntan que España estaría entre los países que más complementos alimenticios consumen, junto a Dinamarca y Estados Unidos, con prevalencias que superan el 50%.

Así se refleja en las conclusiones del adelanto el informe ‘Uso de suplementos nutricionales en la población española’, una investigación realizada entre Fundación Mapfre y la Academia Española de Nutrición y Dietética presentada este miércoles.

La investigación parte de la premisa de que los complementos alimenticios, los productos para usos médicos especiales y los productos a base de extractos de plantas se utilizan a menudo sin una justificación de salud suficiente y en muchos, casos, su uso es indiscriminado.

“Una de las razones de su uso indiscriminado podría ser la falta de un marco legislativo robusto y coherente con otras normativas nacionales, pues a pesar de existir una normativa europea con claros objetivos de armonización y de protección del consumidor, la existencia de marcos legislativos nacionales diferentes supone desde una heterogeneidad en su composición, hasta denominaciones diferentes”, subrayan los autores.

Aunque estos datos apuntan en sentido contrario a investigaciones anteriores, sus impulsores llaman a interpretarse con cautela, ya que, al comparar los resultados con los de otras investigaciones, cabría pensar que el instrumento de medida utilizado podría haber sobreestimado el uso.

Aún así, las conclusiones también muestran que los productos a base de extractos de plantas y los suplementos para usos médicos especiales, son los siguientes más consumidos, pues tres de cada 10 encuestados los tomarían, mientras que solo el 15% toma productos para la pérdida de peso.
Además, cuatro de cada 10 españoles consumiría vitaminas y complejos de sólo vitaminas, siendo más habituales entre los más jóvenes. Destacarían la vitamina D en todas sus formas, y la vitamina C,tomadas por tres de cada 10.
En cuanto a minerales, destacan el uso de magnesio y el calcio, consumidos por el 13% y 12% de la muestra respectivamente. En estos casos, el consumo sería similar en hombres y mujeres, y el grupo de edad que destaca sobre el resto, es el de 26 y 35 años.
Otra conclusión apunta que dos de cada 10 encuestados tomarían omega 3 a partir de fuentes vegetales como el aceite de onagra, lino o frutos secos, con un consumo similar en hombres y mujeres, y en edades de 18 a 35 años, principalmente. Una proporción similar tomaría probióticos, destacando las mujeres y el grupo de edad de entre 26 y 45 años.
Asimismo, casi dos de cada 10 (18%) tomaría algún producto derivado de las abejas, como polen, jalea real, propóleo, y una proporción ligeramente menor (17%) algún tipo de fibra dietética, siendo en todos los casos, más frecuente en mujeres que en hombres.
Los productos para deportistas los consumen dos de cada 10 individuos, siendo este dato uno de los primeros en estimar el uso de estos productos en población general. Este grupo prefiere las barritas energéticas, los preparados de proteínas, las bebidas especiales y la cafeína, más consumidos, especialmente entre los hombres y en edades de 18 a 45 años.
PÉRDIDA DE PESO

No llegan a dos de cada 10 los encuestados (15%) que tomarían productos especiales para la pérdida de peso, siendo los sustitutos de alguna comida del día los más se consumidos (11%), especialmente entre las mujeres y en edades de 18 a 45 años.
Las razones que esgrimen los consumidores de este tipo de suplementos es “mejorar el estado general de salud, pero también adelgazar y mejorar el rendimiento”, puede leerse en el informe.

En resumen, apunta la investigación, la gran mayoría de la población española consumiría algún tipo de suplemento, principalmente de tipo nutricional, con el fin de mejorar su salud general, percibiéndolos en su mayor parte como seguros, y en gran medida prescritos por profesionales sanitarios, aunque en todos los tipos hay un alto porcentaje de autoadministración, y adquiridos en farmacias, Internet y tiendas de dietética.
“Esta situación, debe considerarse en el contexto de la falta de evidencia científica sobre su seguridad y eficacia de estos productos, por lo que debería considerarse como un posible problema de salud pública”.

(SERVIMEDIA)
26 Mayo 2021
AHP/gja