Medio ambiente

Las aves marinas se reproducen menos en el hemisferio norte por el cambio climático y la sobrepesca

MADRID
SERVIMEDIA

Muchas aves marinas en el hemisferio norte han visto reducida su capacidad de reproducción en el último medio siglo debido a los impactos del cambio climático causado por el hombre y otras actividades humanas, como la sobrepesca.

Ésta es la conclusión principal de un estudio realizado por un equipo internacional de científicos dirigido por William Sydeman, del Instituto Farallon de Investigación Avanzada en Ecosistemas (Estados Unidos), y publicado este jueves en la revista ‘Science’.

El estudio se basa en el análisis de más de 50 años de registros de cría de 67 especies de aves marinas en todo el mundo y subraya que el éxito reproductivo ha disminuido en el último medio siglo en las del hemisferio norte.

Algunas de las aves marinas analizadas son albatros, frailecillos, araos y pingüinos. Todas ellas están adaptadas para alimentarse y vivir cerca de las aguas oceánicas. Muchos científicos las ven como centinelas de la salud del hábitat porque sus vidas y su bienestar dependen de las condiciones sonoras tanto en tierra como en mar.

"Las aves marinas viajan largas distancias - algunas yendo de un hemisferio al otro - persiguiendo su comida en el océano", apunta P. Dee Boersma, profesora de biología en la Universidad de Washington y directora del Centro de Centinelas Ecosistémicos (Estados Unidos), que añade: "Esto los hace muy sensibles a cambios en la productividad oceánica".

Además, las aves marinas se congregan en sitios particulares a lo largo de las costas para criar, lo que las hace vulnerables a cambiar las condiciones de la costa y la superficie, y limita sus movimientos hasta dónde pueden viajar en busca de alimentos mientras siguen criando con éxito a sus polluelos, según Boersma.

Las dietas de aves marinas desempeñan un papel importante en su capacidad para criar polluelos. En el norte, las que comen peces experimentaron una disminución significativa en el éxito reproductivo durante los 50 años analizados.

Además, las aves que se alimentaban en superficie en ambos hemisferios eran más propensas al fracaso reproductivo, independientemente de si comían pescado o plancton más pequeño, como el krill. A las aves de buceo profundo, como los frailecillos, les fue mejor en términos de éxito reproductivo.

CONDICIONES AMBIENTALES

Los investigadores culpan a las condiciones ambientales de esta circunstancia. Las aves marinas deben viajar lejos para comer y comer mucho; los araos, por ejemplo, deben consumir la mitad de su peso corporal en pescado todos los días.

Casi un millón de araos murieron entre 2015 y 2016 por una ola de calor marino a largo plazo que interrumpió las redes de alimentos en el Pacífico noreste. El cambio climático está causando episodios más frecuentes y extremos como esas olas de calor, y las aves marinas en el océano también se enfrentan a otras amenazas.

"Tienen que competir con nosotros por la comida. Pueden quedar atrapados en nuestras redes de pesca. Se comen nuestro plástico, que creen que es comida", apunta Boersma, antes de añadir: "Todos estos factores pueden matar a un gran número de aves marinas”.

Por su parte, Sydeman apunta que “lo que también está en juego es la salud de las poblaciones de peces como el salmón y el bacalao, así como mamíferos marinos y grandes invertebrados, como los calamares, que están comiendo los mismos pequeños peces forrajeros y plancton que comen las aves marinas".

"Cuando a las aves marinas no les va bien, esta es una bandera roja de que algo más grande está sucediendo debajo de la superficie del océano, lo cual es preocupante porque dependemos de océanos saludables para la calidad de vida", subraya Sydeman.

El equipo encontró una alta variabilidad en el éxito reproductivo entre las especies, lo que demuestra que se necesita más investigación para entender todos los factores que dan forma a la alimentación y la cría de estas especies.

PINGÜINOS

La investigación de Boersma sobre pingüinos sudamericanos ilustra cómo las condiciones locales en el mar y en la tierra dan forma al éxito reproductivo. Para el estudio, aportó más de 35 años de datos sobre el éxito de la cría en Punta Tombo, un sitio con una de las mayores colonias de cría de pingüinos magallanes en el sur de Argentina. A lo largo de casi cuatro décadas, Punta Tombo ha cambiado rápidamente.

"Hoy en día la población reproductora de Punta Tombo es aproximadamente la mitad de lo que era a principios de la década de 1980", sentencia Boersma.

Las condiciones en el mar, donde los pingüinos magallanes pasan meses alimentándose cada invierno después de la temporada de cría, también están dando forma a Punta Tombo. La proporción de pingüinos magallanes machos en ese sitio ha aumentado con los años, con lo que muchos no pueden encontrar pareja, ya que las duras condiciones oceanográficas castigan a las hembras más que a los machos y las hembras juveniles son más propensas a morir en el mar mientras tratan de encontrar comida.

En tierra, las aves marinas pueden atraer mucha atención de la gente, especialmente durante las temporadas de cría, pero esto no necesariamente se traduce en una mayor protección para las colonias reproductoras. Por ejemplo, Boersma y dos colegas analizaron casi 300 colonias reproductoras de pingüinos de todo el mundo que están abiertas a turistas. Menos de la mitad tenía planes de gestión para proteger el medio ambiente, padres y polluelos de curiosos visitantes humanos.

En el mar, el establecimiento de reservas marinas protegería las aguas de alimentación de aves marinas de la sobrepesca, el tráfico de buques, la contaminación y la extracción de energía, lo que daría a estas aves un impulso muy necesario frente al cambio climático. "Al saber lo que es importante para una especie para el éxito, podemos hacer del mundo un lugar mejor para su supervivencia", concluye Boersma.

(SERVIMEDIA)
27 Mayo 2021
MGR/man