Consumo

Consumo alerta de que uno de cada cuatro menores consume bebidas energéticas

- Anuncia la creación de un grupo de trabajo para regular este producto y la publicación de unas recomendaciones para su consumo

Madrid
SERVIMEDIA

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, advirtió este lunes de que uno de cada cuatro menores españoles consume bebidas energéticas, algo que “no debería ser así” por las características de este producto. Por ello, se comprometió a poner en marcha un grupo de trabajo para consolidar su regulación y a incentivar la publicación de una serie de recomendaciones para su ingesta.

Lo dijo durante la presentación en la sede de su Ministerio de los resultados del ‘Informe sobre los riesgos asociados al consumo de bebidas energéticas’, elaborado por el Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), en un acto en el que estuvieron presentes la directora de este organismo, Isabel Peña-Rey, y la coordinadora del estudio, Carmen Rubio.

Alberto Garzón comentó que este estudio nace de la necesidad de comprender con exactitud las causas y los patrones de consumo, así como los riesgos para la salud de un producto -las bebidas energéticas- que está teniendo un “crecimiento muy importante” a nivel mundial.

El titular de Consumo explicó que la prevalencia del consumo de bebidas energéticas en la población adulta (18-65 años) es del 31%; entre adolescentes (10-18 años), de un 62%; y entre los menores (3 y 10 años), de un 26%.

Esto le sirvió para atestiguar que uno de cada cuatro niños consume bebidas energéticas en España, “cuando no debería ser así”, por las características del producto (contiene altas dosis de cafeína) y por el desconocimiento que tienen de los riesgos para la salud que ocasiona su ingesta.

Por ello, llamó a que la Administración Pública traslade a la sociedad que las bebidas energéticas son diferentes de los refrescos tradicionales y a que transmita los riesgos del consumo inmoderado de este producto: alteración del sueño, cuadros de ansiedad y accesos de depresión. Esto, dijo Garzón, junto con el hecho de que las bebidas energéticas son consumidas mayoritariamente por personas con bajos recursos económicos, presenta un “problema multidimensional”.

De este modo, anunció que su departamento se pondrá en contacto con los fabricantes de bebidas energéticas para abordar el adecuado cumplimiento de la información proporcionada al consumidor, la publicidad y promoción de estos productos.

Tras recordar que ya es obligatorio incluir en el etiquetado de estas bebidas la advertencia ‘Contenido elevado de cafeína: No recomendado para niños ni mujeres embarazadas o en período de lactancia’, anunció que Aesan emitirá unas recomendaciones específicas para el consumo de este producto que, junto con programas de comunicación y educación, tendrán el objetivo de aumentar el conocimiento de la población de los riesgos para la salud inherentes a su consumo.

Esas recomendaciones estarán enfocadas a niños y adolescentes, con especial atención a su combinación con bebidas alcohólicas, ya que se ha observado que muchos de ellos las ingieren para alargar sus horas de juego ante las videoconsolas o para incrementar su tiempo de estudio.

Garzón también manifestó su intención de activar un grupo de trabajo con agentes institucionales, sociedad civil y expertos para elaborar un documento de actuaciones que irá acompañado de una mayor presión inspectora por parte del control oficial para verificar el cumplimiento de los actuales requisitos recogidos en la legislación alimentaria.

A su vez, mostró su compromiso de profundizar en el trabajo de evaluar la ingesta, exposición y riesgo de otros “modelos de consumo de cafeína”, como los conocidos ‘shots’ o ‘caffeine/energy shots’, que son los productos comercializados en formato pequeño que presentan, en menos de cien mililitros, elevadas concentraciones de cafeína muy superiores a las de las bebidas energéticas.

Por su parte, Carmen Rubio detalló pormenorizadamente las conclusiones del estudio al apuntar que una persona que tome más de 1,4 miligramos de cafeína por kilo de peso al día puede sufrir insomnio y reducción de la duración del sueño. También adujo que, si este consumo se eleva a tres miligramos, puede implicar riesgos cardiovasculares y hematológicos, neurológicos y psicocomportamentales.

También alertó de los riesgos para la salud que conlleva la ingesta del producto en envases de 300 a 500 mililitros que se comercializan actualmente, teniendo en cuenta que los envases más comunes contienen 32 miligramos de cafeína por cada cien mililitros.

Por último, el informe pone de manifiesto el riesgo de interacción de estas bebidas con medicamentos, así como de la presencia de otros componentes con principios activos naturales como el ginseng o el gingko.

(SERVIMEDIA)
31 Mayo 2021
MST/clc