El análisis de la dentición de los fósiles hallados entre 2008 y 2011, reveló que pertenecen a una especie nueva para la ciencia, desconocida previamente y que se caracteriza por la “longitud y robustez de su mentón y hocico, así como de los incisivos y caninos que contrastan con la ausencia de los primeros premolares y últimos molares”, según observaron los investigadores.

El investigador del ICP y coautor del estudio, Juan Abella, destacó que los estudios biomecánicos realizados sobre su mordedura muestran que las distintas áreas de la mandíbula cumplían funciones diferentes, como agarrar a la presa o arrancar pedazos grandes de carne realizando movimientos bruscos laterales o cortarlos en trozos más pequeños.

Asimismo, el equipo investigador aseguró que la combinación de las características del aparato masticador con las de su esqueleto no se había observado antes y muestra unas “adaptaciones ecológicas únicas”.

Los científicos calcularon que Ammitocyon kainos vivió hace aproximadamente 9 millones de años y es el último miembro de la subfamilia Thaumastocyoninae que se incluye dentro de la familia de los anficiónidos conocidos como “perros-oso”, aunque destacaron que no están emparentados ni con los perros ni con los osos de forma estrecha. En este sentido, añadieron que, aunque esta familia no tiene representantes en la actualidad, en el pasado fue uno de los grupos de carnívoros más numerosos y diversos de los ecosistemas terrestres de Europa y Norteamérica.