Solidaridad

Manos Unidas ayudó a 2,3 millones de personas en proyectos de desarrollo en 2020

MADRID
SERVIMEDIA

Manos Unidas apoyó a más de 2,3 millones de personas con 503 nuevos proyectos de desarrollo en 2020. De ellos, 136 proyectos fueron destinados a paliar la emergencia causada por la pandemia de coronavirus entre los más vulnerables.

Son algunos de los datos destacados del trabajo de la ONG presentados este miércoles, que recaudó más de 42 millones de euros (el 83% procedentes del sector privado).

El 87,3% de esos fondos se destinaron directamente a los fines de la entidad, en su inmensa mayoría a proyectos de desarrollo. En total, Manos Unidas tiene 807 proyectos en ejecución en 53 países de África, América Latina y Asia.
Durante la presentación de estos datos, la presidenta de Manos Unidas, Clara Pardo, reseñó cómo en el mes de abril de 2020 (y solo en el mes de abril), cuando el mundo -y fundamentalmente occidente- se debatía entre la incredulidad y la incertidumbre, los ingresos de Manos Unidas sufrieron un descenso de casi un 40 por ciento respecto al mismo mes del año anterior; una merma motivada, fundamentalmente, por el cierre de las actividades que cada año se ponen en marcha en las 72 delegaciones de Manos Unidas. “Sin esos fondos y las recaudaciones en parroquias y colegios, nuestros ingresos sufrieron un descenso más que considerable”, explicó Pardo.

Sin embargo, en Manos Unidas terminaron el año "con una recaudación algo superior a los 42 millones de euros, solo un 2,6 por ciento menos que el año 2019”, añadió.
La presidenta de Manos Unidas ha hecho un llamamiento para que, a pesar de la mejoría que se está experimentando en los países en los que el ritmo de vacunación va más rápido, no se deje de lado a los millones de personas cuyas vidas siguen en riesgo en los países que no están preparados para hacer frente a la Covid-19.

“Pido a todos que esta crisis no sea la excusa para dar de nuevo la espalda a los cientos de millones de personas que viven condenadas desde su nacimiento al hambre y a la pobreza. No levantemos nuevos muros que impidan el avance de las sociedades más empobrecidas”, pidió antes de recordar “cuando, todavía afectados por lo que estaba ocurriendo, nos prometíamos salir juntos y fortalecidos de la crisis”.
GUATEMALA

Por su parte, Pedro Camajá Botón, activista político, defensor de derechos humanos en Guatemala y director de Fundebase, socio local de Manos Unidas que lleva 25 años trabajando con los pueblos indígenas y campesinos en el país centroamericano, hizo un repaso de lo que el coronavirus y las medidas de restricción de movimiento “implementadas con excusa de la pandemia”, han supuesto para las comunidades más pobres de Guatemala. “Estos impactos confirman las grandes brechas de desigualdad social y económica que existen en el país”, aseguró.
Desde Camerún, la hermana Pilar Cobreros, directora del Hospital Notre Dame de la Sante, en Dschang, aseguró que uno de los sectores de población más afectados por la pandemia ha sido la población anglófona desplazada “que han dejado sus hogares por la inestabilidad y violencia existente en su región y se han establecido en Dschang para poder sobrevivir y para que los jóvenes puedan continuar con su formación académica”, comentó.
La religiosa riojana, socio local de Manos Unidas en Camerún, explicó la situación de la vacunación en el país africano. “En Camerún, ahora mismo, nos enfrentamos al problema de la vacunación. Aunque en los medios de comunicación se habla mucho del tema y se muestran algunas fotos de personalidades vacunándose, la realidad es que a la gente de a pie, por lo menos en nuestra zona, aún no ha llegado nada. Por ejemplo, a nosotros, personal sanitario, no se nos han ofrecido ni notificado nada. Hay mucha confusión y la opinión de la mayoría es que, aunque venga la vacuna, la gente no se va a vacunar”.

INDIA
El padre Franklin Menezes, director de Seva Kendra Calcuta, socio local de Manos Unidas en India, achacó la virulencia de la segunda ola de coronavirus en el país asiático a “una cierta complacencia -por parte del gobierno y de los ciudadanos- al pensar que India había salido victoriosa de la pandemia y esto condujo a la relajación. Así que no nos preparamos para afrontar la segunda ola. Llegó como un tsunami que nos despertó a todos de nuestro letargo”.
El sacerdote se refirió a los cerca de 300 millones de trabajadores migrantes que hay en India como el sector más afectado por las consecuencias de la Covid-19. “Era insoportable ver las imágenes en los medios de comunicación de la difícil situación de los migrantes que caminaban miles de kilómetros hasta sus casas, llevando a sus hijos sobre los hombros y sus escasas posesiones a la espalda, soportando el calor y el hambre. Muchos murieron en el camino. Estas imágenes nos perseguirán durante los próximos años”, lamentó.

(SERVIMEDIA)
16 Jun 2021
AHP/man