Las primeras en renovarse fueron las palmeras ubicadas en la escuela 13, donde se localiza la familia botánica ‘Arecaceae’, antes ‘Palmae’ aprovechando los primeros calores del verano. El jefe de jardinería y arbolado, Mariano Sánchez, explicó que “las palmeras tienen una única yema y, por tanto, al morir ésta la planta ha muerto. Como la yema se encuentra en el interior de la palmera protegida por varias capas de frondes, se necesitan varios meses cálidos para saber si está muerta o la yema está formando una nueva fronda”. Así, agregó que “tras estos meses de espera, identificadas las muertas por congelación, se ha realizado la nueva plantación de palmeras que cierra casi por completo la escuela 13”.

En esta misma línea, señaló que la plantación se realizó según los nuevos parámetros de plantación de árboles. Esto implicó hacer un alcorque un 30% mayor del tamaño del cepellón, colocar un tubo de drenaje vertical desde el fondo del hoyo de plantación hasta sobrepasar la cota del terreno en 10 centímetros con el fin de “aplicar el riego por el tubo de drenaje y que se vaya llenando de agua el hoyo de abajo a arriba”.

Sánchez manifestó que de ese modo el drenaje permanecerá durante su vida útil y, por último, especificó que “durante el primer verano se realiza un alcorque superficial y se inunda al menos una vez a la semana”.