El Instituto Santalucía difundió este jueves un estudio realizado por el grupo de investigación en pensiones y protección social sobre el nuevo sistema de cotización de los autónomos que el Gobierno está definiendo con las organizaciones representativas del colectivo y que está previsto que se apruebe en 2022.

Concluye que lleva a inequidades y rompe la contributividad porque con diferentes cuotas para el Régimen de Autónomos (RETA) y el Régimen General, que pueden llegar a ser hasta un 41% inferiores para los autónomos, se obtiene la misma pensión.

Según explica el Instituto Santalucía, esto se produce porque en España el cálculo de la pensión de jubilación no depende del tipo de cotización, sino de las bases de cotización, lo cual se traduce en que individuos con idénticas carreras laborales, excepto que uno ha cotizado por el Régimen General y otro por el RETA, pagarían cuotas diferentes, pero recibirían la misma pensión, “lo cual supone un trato de privilegio para los que coticen por el RETA”.

Pone el ejemplo a un trabajador del Régimen General y otro del Régimen de Autónomos, ambos con la actual base mínima de 13.300 euros anuales, cotizarán 3.763,9 y 3.300 euros respectivamente por contingencias comunes en 2032, año en que se prevé que se haya implantado completamente el nuevo sistema. Sin embargo, obtendrán la misma pensión para una misma carrera laboral y edad de jubilación.

Si la base fuera de 22.000 euros anuales, la cotización sería de 6.226 euros en el Régimen General y de 3.660 en el de Autónomos, un 41% menos, para obtener la misma pensión, y para la base máxima de 48.841 euros anuales, la cotización vuelve a aproximarse, siendo de 13.822 en el Régimen General y de 12.900 euros en el RETA.

Así, el informe destaca que el RETA sale favorecido porque las cuotas de cotización son inferiores a las del Régimen General, excepto para rendimientos superiores a la base máxima.

Los investigadores del Instituto Santalucía han detectado otra inequidad en cuanto a la base mínima de cotización. Mientras que en el Régimen General existe una base mínima de cotización (13.300 euros en 2021), con el nuevo sistema en el RETA se podrá cotizar por debajo de dicha base mínima y “no parece que se haya habilitado ninguna restricción para acceder a la pensión mínima en el RETA”.

Destacan como puntos positivos que se usen los rendimientos fiscales como base de cotización, aunque apuntan que eso aumentará la complejidad al depender, por un lado, de los datos que los propios autónomos suministren a la Agencia Tributaria y, por otro, por el hecho de que se puedan cambiar hasta seis veces al año de escalón de rendimientos fiscales, además de la regularización anual, con el consiguiente abono o pago de la diferencia entre lo cotizado y lo que tendría que haber cotizado.