Lo hizo en el discurso con el que presentó su candidatura a repetir como presidente del PP gallego, como hace desde hace 15 años y como seguirá haciendo tras el congreso orgánico de este fin de semana, en el que no concurre rival alguno.

Núñez Feijóo reconoció que, después de todo este tiempo, no es “un recién llegado, un desconocido, una incógnita”, pero se declaró orgulloso de ello “en estos tiempos en que la moda parece ser no tener experiencia, no tener biografía”. En este sentido, proclamó que “lo más valioso que tiene un político es la confianza”.

El presidente de la Xunta aseguró que no se vuelve a presentar para liderar el PP por haber obtenido cuatro mayorías absolutas ni por haber mantenido unido al centro-derecha, “porque no he sido yo, ha sido el partido”.

Lo hace, adujo, porque piensa que el PP gallego puede ser aún más fuerte, y vaticinó que nunca será “un partido moda de los que no sobreviven a su fundador”, ni tampoco una fuerza nacionalista ni “un partido populista que nace de la indignación, porque la política se hace con la cabeza y el corazón, no con las tripas”.

Después de leer los nombres de la que desde mañana será su nueva Ejecutiva, Núñez Feijóo apuntó que nace para preparar las próximas elecciones municipales, de cuyo responsable se declaró responsable, y también para “ser decisivos para que Pablo Casado sea el presidente de España”. Y pareció descartarse como candidato a las elecciones generales al garantizar: “No hay otro objetivo, éstos son nuestros dos objetivos”. Terminó su discurso abundando en esta línea que su propósito es “trabajar por Galicia, por Galicia y por Galicia”.

A la vez, expresó su gratitud por los predecesores a nivel nacional, autonómico y local, y por ello propuso nombrar presidentes de honor del PP gallego al expresidente del Gobierno español Mariano Rajoy y al exministro de Sanidad José Manuel Romay Beccaria.