La causa, según apunta la asociación, se debe a las temperaturas primaverales muy cálidas, y al incremento generalizado de temperaturas en las últimas semanas.

En este sentido, la asociación alertó de que la excesiva presencia de avispas puede, además de resultar molesto, incrementar el riesgo de sufrir picaduras, y de que la necesidad de creación de más nidos aumenta las probabilidades de que estos terminen por alojarse en viviendas, árboles o plantas.

“El emplazamiento de este tipo de nidos en zonas habitadas puede resultar peligroso debido a la alta presencia de avispas que implica en el entorno de los avisperos. Además, muestran mayor agresividad en los días en que la temperatura está por encima de los 28ºC (como suele ocurrir en España en la época estival) y hay alta humedad, aún más cuando se aproxima una tormenta”, explicó Sergio Monge, Presidente de Anecpla, quien insistió en la necesidad del control de estos nidos.

En general, la picadura de avispa produce una reacción en la piel que conlleva enrojecimiento e hinchazón alrededor de la picadura, acompañada de dolor más o menos intenso atendiendo a factores como la zona del cuerpo afectada.

No obstante, según señaló Jorge Galván, director general de Anecpla, “las picaduras de avispa pueden suponer un riesgo cuando una persona es hipersensible a su veneno (un factor que la mayoría de las personas que lo padece desconoce), o cuando se producen picaduras masivas, por encima de las 25-30 picaduras, pudiendo llegar a causar la muerte”.