Así lo dijo durante su participación en el 35º Encuentro de la Economía Digital y las Telecomunicaciones, organizado por la Asociación de empresas de electrónica, tecnologías de la información, telecomunicaciones y contenidos digitales (Ametic), el Banco Santander y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

La ministra contextualizó que el 96,7% de las aulas están conectadas a Internet y hay un 2,9 alumnos por ordenador, portátil o tablet, pero apuntó a que, pese a ello, hay que combatir “la triple brecha digital”, que comprende acceso y capacidades para estudiantes, competencia de docentes y configuración de entornos virtuales.

Según datos oficiales, la brecha digital ha afectado a un 12% de los escolares por las dificultades de seguir el curso con la pandemia de la Covid-19. Su predecesora, Isabel Celaá, prometió 500.000 equipos para los estudiantes más vulnerables, que finalmente fueron menos (unos 440.000) y que en algunas comunidades autónomas llegaron para las últimas clases.

La nueva ministra recordó en Santander que la modernización y digitalización del sistema educativo tiene un asignación presupuestaria de 7.000 millones de euros.

También se refirió a otra brecha, la de género y las tecnologías, que se compromete a reducir con la futura Ley de Formación Profesional, cuyo texto presentará en el Consejo de Ministros del próximo martes.

En su opinión, la sociedad española se enfrenta a la “imperiosa necesidad de contar con el talento de las mujeres” para la revolución tecnológica. “Es un disparate social no contar con la mitad del talento de la población”, aseguró, por lo que llamó a eliminar estereotipos y la brecha de género en las disciplinas ‘steam’ (ciencias, teconologías y matemáticas, por sus siglas en inglés).