Así se desprende del informe ‘El impacto Covid en las relaciones sociales y asistencia sanitaria’, publicado este lunes por la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP), en el que se pone de manifiesto que la pandemia está ocasionando a las personas mayores más complicaciones al margen de la onerosa cifra de muertes en este segmento de la población.

En ese sentido, el 85,9% de los ancianos reconoce haber sufrido de algún modo las consecuencias de la pandemia, siendo el ámbito social aquel en el que más han notado su impacto, como se evidencia en el hecho de que el 79,7% ha limitado el contacto con sus amistades, mientras que el 71,9% ha hecho lo propio con sus familiares.

Del mismo modo, el 40,8% asegura que las citas médicas se han suspendido o reducido, al tiempo que el 12,8% indica que tuvieron que anular o reducir sus tratamientos, el 8,1% tuvo que perder o aplazar una operación o intervención quirúrgica y el 2,2% hizo lo propio con la ayuda domiciliaria.

Ante esta situación, el 35,3% de los mayores cree que la suspensión o aplazamiento de una operación es lo que más ha afectado negativamente a su salud, seguido de la reducción o anulación de tratamientos (20,1%), la pérdida de contacto con su familia (20%), con amistades (19,4%), la suspensión o reducción de citas médicas (17,2%) y de ayudas domiciliarias (13,8%).

De este modo, el perfil del anciano que más ha visto mermada su salud es el de una mujer con bajo nivel de estudios con una situación económica precaria y residente en una gran ciudad.

Por su parte, un 86,3% de las personas mayores ha acudido durante la pandemia a su ambulatorio o centro de salud, mientras que el 16,8% y el 13,5% ha recurrido a una ONG y a una asociación, respectivamente, para recibir algún tipo de asistencia.

El 63,3% de las personas encuestadas se muestra bastante satisfechas o satisfechas, frente a un 36,7% que se muestran nada o poco satisfechas con las soluciones y medidas ofrecidas en las entidades anteriormente mencionadas.

El 20,9% de los mayores que declararon sentirse insatisfechos por las medidas adoptadas por sus ayuntamientos para atenderlas lo hizo por la necesidad de ampliar o mejorar los mecanismos de atención presencial.

A su vez, el 59,7% cree necesario ampliar las citas presenciales en los centros de salud o ambulatorios, mientras que el 20,3% alude a mejorar la calidad de la atención recibida.

Por último, las quejas relacionadas con los servicios de asistencia domiciliaria se centran en el plazo de concesión y en la ampliación, mientras que quienes están descontentas con las asociaciones privadas señalan algunos aspectos como la corrupción, la falta de eficacia o la desinformación.