Así lo aseguró este jueves en un comunicado, tras un análisis de la evidencia científica actual, a raíz de la ola de casos ocasionada por la variante delta del SARS-CoV-2, y de que, como consecuencia, algunos países de renta alta se hayan planteado la posibilidad de ofrecer dosis de refuerzo a la población ya vacunada con pauta completa.

“Desde el punto de vista inmunológico, todos los estudios hasta la fecha indican que las vacunas Covid-19 actualmente aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento inducen una memoria inmunológica de larga duración. Si bien la protección frente a la infección por la variante delta ha decaído, las vacunas conservan una alta efectividad contra la enfermedad grave y la muerte”, subrayó el investigador de IrsiCaixa/IGTP Julià Blanco, autor principal del documento del grupo de expertos.

No obstante, el grupo resaltó que esto no se aplica a todos los casos, y señaló la posibilidad de que las personas inmunosuprimidas sí necesiten una dosis adicional. En este sentido, afirmó que hay evidencia sólida a favor de una dosis adicional en algunos grupos de pacientes inmunosuprimidos, y manifestó que resulta necesaria para alcanzar niveles de inmunidad similares a los observados en la población general. “En este caso la “tercera” dosis debe considerarse como parte de la pauta de vacunación, como ya se hace con otras vacunas, y no como una dosis de refuerzo.

En esta línea, España, como otros países, ha comenzado ya a administrar terceras dosis de ARNm en esta población específica (pacientes con trasplantes de órganos sólidos, neoplasias tratadas, pacientes en hemodiálisis, e individuos con infección avanzada por VIH).

Por su parte, algunos colectivos, como las personas mayores (sobre todo aquellas por encima de los 80 años y aquellas que no pasaron la enfermedad) desarrollan una respuesta inmune menor tras la vacunación, por lo que, según señaló el grupo en su comunicado, algunos datos recientes sugieren que el riesgo de infección o de Covid grave en personas vacunadas, consideradas como “frágiles”, es mayor. “Por lo tanto, es probable que esta población requiera una dosis de refuerzo que podría ofrecerse, por ejemplo, durante la campaña de vacunación contra la gripe el próximo invierno”.

En el caso del personal sanitario, el grupo no sugiere directamente una tercera dosis, pero sí un seguimiento especial, basándose algunos estudios que muestran un aumento en la incidencia de infecciones en este colectivo. Sin embargo, el grupo reseñó que estas infecciones son leves en su mayoría, y explicó que aún no se sabe si se debe a una posible pérdida de eficacia vacunal o a una mayor circulación de la variante delta en la comunidad y a la relajación de medidas no farmacéuticas.

“En todo caso, será necesario establecer los mecanismos necesarios para vigilar de cerca los fallos vacunales en diferentes colectivos especialmente susceptibles y también en la población en general”, comentó la presidenta del GCMSC, Silvia de Sanjosé. “Esos datos serán muy útiles para decidir si, y cuándo, se necesitará una dosis de refuerzo”, concluyó.