Coronavirus

Unicef alerta de que la pandemia ha incrementado el sentimiento de soledad y de tristeza de los jóvenes españoles

-La crisis sanitaria provocada por el coronavirus se ha convertido en su principal preocupación

-Reclaman ser tenidos en cuenta en el desarrollo de las políticas públicas

Madrid
SERVIMEDIA

El 40% de los jóvenes españoles reconoce que la pandemia ha incrementado su sensación de soledad, mientras que más del 50% confiesa sentir “bastante, mucha o muchísima” tristeza, unos datos que ponen de manifiesto hasta qué punto la irrupción del coronavirus ha tenido incidencia sobre su bienestar emocional.

Estas son algunas de las conclusiones recogidas en la segunda edición del ‘Barómetro de Opinión de la Infancia y Adolescencia’, elaborado por Unicef y la Universidad de Sevilla, y que la agencia de la ONU para la protección de la infancia presentó este jueves en un encuentro virtual con los medios de comunicación.

En el acto estuvieron presentes la responsable de Políticas Locales de Infancia de Unicef, Lucía Losoviz; el profesor de la Universidad de Sevilla y coautor del informe, Francisco José Rivera; y Fran y Malena, dos chavales que han participado en el barómetro, el cual se elaboró entre octubre de 2020 y abril de 2021 a partir de un cuestionario ‘online’ en el que participaron 8.648 adolescentes con edades comprendidas entre 11 y 18 años de 109 centros educativos de toda España.

Lucía Losoviz puso de manifiesto que “los niños no son ajenos a la realidad” que les rodea, como lo atestigua el hecho de que la pandemia y la subsiguiente crisis socioeconómica que ha provocado representan su principal preocupación, seguida del abuso sexual a menores, el acoso escolar, el hambre y la pobreza extrema en el mundo.

Ello contrasta con los resultados del anterior barómetro -publicado en 2019-, en el cual los chavales españoles situaban a la desigualdad de género, el machismo, la violencia de género y el hambre en el mundo como sus principales inquietudes.

BIENESTAR EMOCIONAL

A pesar de que el nivel emocional de los jóvenes españoles es “medio alto”, se observa una ligera disminución en este parámetro como consecuencia de la falta de tiempo libre y de la precariedad para divertirse y salir con amigos que ha ocasionado la pandemia.

De hecho, un 40% de ellos confiesa sentirse solo, un 8% más que en 2019, mientras que más del 50% reconoce que sufre “bastante, mucha o muchísima tristeza”, un guarismo que ha experimentado un ascenso del 10% en los últimos dos años. Del mismo modo, casi el 50% de los niños presentan problemas para concentrarse.

En ese sentido, cabe señalar que los chicos y los chavales de más edad son aquellos que dicen sentir un mayor bienestar, siendo las familias y su núcleo de amigos sus principales fuentes de felicidad. No obstante, las redes sociales han ocupado un lugar destacado en su forma de comunicarse y relacionarse con el exterior durante la pandemia.

El 24% de los menores señala que la pandemia ha empeorado su vida, frente al 33% que dice que la ha mejorado, como consecuencia del acompañamiento de sus familiares y de sus amistades.

El 32% comenta que la pandemia les ha servido para afianzar sus relaciones familiares y el 40% dice que le ha pasado algo similar con sus amistades.

Los chavales pertenecientes a familias con menor poder adquisitivo o los que han nacido fuera de España son los que han sufrido mayoritariamente las consecuencias socioeconómicas de la pandemia. Prueba de ello es que el 36% de ellos afirma que algún familiar ha perdido su puesto de trabajo, frente al 18% de quienes viven en hogares con un mayor poder adquisitivo.

Ante esta situación, Lucía Losoviz explicó que se ha producido una “reducción del bienestar emocional” de los jóvenes como consecuencia de haber visto reducida su capacidad para disfrutar del tiempo libre y de sus amistades, lo que implica que “la parte de salud mental se puede haber visto disminuida”.

Malena, una niña de 13 años de Mislata (Valencia), señaló que “lo que más nos ha afectado” durante la pandemia es “no poder ver a familiares y amigos, que es la vía de escape que tenemos”, ya que con ellos dejan aparcadas sus obligaciones escolares y disfrutan de fórmulas de diversión. “El estar en casa es lo que más nos ha marcado”, reseñó.

OPINIÓN SOCIOPOLÍTICA

Por su parte, el barómetro también pone de manifiesto que más del 80% de los jóvenes españoles cuenta con una opinión sociopolítica propia. El 50% de ellos señala que la situación política es mala, una opinión que es algo mejor en el ámbito municipal.

Los partidos políticos son las instituciones que menos confianza les inspiran, mientras que los organismos científicos, las ONG y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado son aquellas en las que más confían.

Los políticos, los banqueros y las modelos son las profesiones menos valoradas, junto con los ‘influencers’ en las redes sociales, lo que llama la atención atendiendo a los prejuicios que pesan sobre este espectro de la sociedad.

A su vez, el personal sanitario, los profesores y los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado son las profesiones que más estiman.

El informe también evidencia que más del 30% de los chavales estaría dispuesto a participar en una asociación en defensa del medioambiente o de los animales, siendo las niñas quienes se decantan más por esta opción que los niños, mientras que menos del 10% de ellos se ve afiliándose a un partido político.

Los chavales atestiguan que no participan activamente en la mejora de los problemas de su barrio, a pesar de afirmar que los conocen.

El 82% de los menores confiesa que tiene un sentimiento de pertenencia a su pueblo, a su comunidad autónoma o a España, un guarismo que cae hasta el 75% en lo referente a su apego a la UE.

El 40% de ellos subraya que se informa semanalmente de cuestiones económicas y de índole nacional, y el 50% lo hace de la actualidad internacional, unos asuntos sobre los que hablan mayoritariamente con sus familiares y no tanto con sus amigos, siendo la televisión su principal fuente de información.

Por último, los chavales, según cumplen 13 años, consideran que no se tiene en cuenta sus opiniones, lo que llevó a Malena a reclamar que “los niños y las niñas merecemos ser escuchados y que nos dejen aportar”.

Fran, de 18 años y residente en Huelva, se quejó de que “no se escucha la opinión de los niños y niñas”, y cuando se hace, continuó, se considera “de segunda”, lo que le dio pie a reivindicar que “no somos la generación del futuro, somos la generación del presente, nuestra opinión es necesaria en nuestro país”.

(SERVIMEDIA)
16 Sep 2021
MST/gja