Lo hizo durante la puesta en marcha de la primera Mesa Asesora para los Cuidados, un acto en el que estuvo acompañada por la secretaria de Estado de Igualdad, Noelia Vera, y la directora del Instituto de las Mujeres, Toni Morillas.

Irene Montero afirmó que la pandemia y sus efectos socioeconómicos han puesto de manifiesto una realidad que ya existía antes de la irrupción del coronavirus. Ante esta situación, reafirmó su voluntad de que “las tareas del hogar, la crianza de nuestros hijos y el cuidado de los mayores y de las personas dependientes dejen de ser una carrera de obstáculos y pasen a ser derechos”.

Por ello, comentó la necesidad de establecer “facilidades institucionales, que no es otra cosa que reconocer derechos, donde sólo hay dificultades”, ya que “ninguna economía se sostendría un solo día sin las mujeres que friegan, dan la teta y cambian pañales; ninguna economía sobreviviría sin esa tarea y esas mujeres que sostienen nuestro sistema económico, nuestra sociedad y nuestro modo de vida”.

A su vez, expuso que no habrá igualdad en ningún ámbito social si antes no la hay en “la escuela, la cocina, la crianza y la esfera relacionada con los cuidados”, lo que le permitió celebrar que, “por primera vez”, los cuidados se van a situar en “primer plano institucional”.

Reconoció que para la resolución de algunas “urgencias” -conciliación laboral y familiar, precariedad de las trabajadoras del hogar y de los cuidadores- “llegamos tarde”, si bien defendió que la convocatoria de esta mesa tiene como objetivo que “la respuesta sea lo más urgente posible”.

Por último, ratificó que muchas de las soluciones que se adopten saldrán de las reivindicaciones históricas de la sociedad civil, con el objetivo de que “las mujeres que cuidan, limpian, compran, dan el pecho, llevan a los niños a la escuela, cuidan de las personas dependientes, tengan dignidad, reconocimiento y protección de sus derechos”.