Así lo dijo en una nueva sesión del seminario ‘Los Futuros de la Universidad’, organizado por la Universidad Internacional de La Rioja y dirigido por Rafael Puyol, presidente de UNIR, que contó también con la participación del rector de UNIR, José María Vázquez García-Peñuela.

En concreto, el exministro aseguró que el futuro de la universidad está “vinculado a la pregunta sobre la estrategia”. Pero para llevarla a cabo hacen falta “unos recursos”. Y con ellos “un marco estable de financiación”. Esta debe ser “suficiente, eficiente y equitativa”.

El ponente habló de la necesidad de transformar la universidad. Esta debe configurarse como “un espacio de ejemplaridad”; “debe aspirar al liderazgo en innovación, empresarial e impacto social" y no “puede estar ajena a los grandes retos sociales (la lucha contra la pobreza, cambio climático etc.), sino atenta a las necesidades y no solo a las demandas”.

“Es importante recomponer un pacto social basado en el conocimiento. Y este es un proyecto de país que solo puede lograrse a través de participación, ejemplaridad e instituciones justas”, afirmó, tras recordar que el “conocimiento es una relación entre saberes y personas, es un acto de comunicación”; y que “sin innovación no hay conocimiento”.

Gabilondo se refirió también a la gobernanza: "Soy partidario de una máxima participación y transparencia, respetando el sufragio universal en la elección de los cargos académicos". Y también tuvo palabras sobre la carrera docente. “El modelo de profesorado sigue siendo una asignatura pendiente”, reconoció. Además, reclamó “autonomía frente al intervencionismo y el dirigismo”.

UNIVERSIDAD HÍBRIDA

El expresidente de la CRUE señaló que la universidad se encamina a un modelo presencial, virtual e híbrido, y que se debe “combinar la presencialidad con formas virtuales”, ya que “el modelo online no es suficiente”. Recalcó que es preciso conformar un campus, un espacio en el que se “compartan conocimientos y convivencia”.

Y reivindicó, como catedrático de Metafísica, el papel medular de las Humanidades, al “relacionar realidad, conceptos y lenguaje, poner a la persona en el centro y evitar el dogmatismo”, razón por la que pidió no solo que no desaparezcan, sino que “se impartan, como asuntos transversales, en todas las enseñanzas”.