En una entrevista con Servimedia, Ramos explicó que el objetivo de Tigo era mantenerse “muy cerca de nuestros clientes” durante los peores momentos de la crisis sanitaria del coronavirus, para lo que ofreció un servicio “reducido” de telefonía en un momento en el cual la compañía tenía que “ponerse del lado de las comunidades y usuarios” a pesar del posible impacto económico en sus cuentas.

Para el consejero delegado, la firma logró “manejar la pandemia muy bien, en términos relativos con la competencia” con incrementos del 10% en el número de clientes tanto en móviles (+5 millones) como en banda ancha fija (+500.000) respecto a hace un año. No obstante, la multinacional obtuvo unos ingresos un 3,8% inferiores a los de 2019, con una cifra total de 4.171 millones de dólares y en el conjunto del negocio arrojó unas pérdidas netas de 344 millones de dólares.

La compañía, con sede en Luxemburgo y capital sueco, da servicio como operador de telefonía en Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, Colombia, Paraguay y Bolivia, así como en Tanzania.

Ramos destacó que el negocio es “mayoritariamente de prepago”, ya que se trata de países donde la mitad de la población “no tiene banda ancha en el hogar” y “el 40% todavía no tienen un teléfono con 4G”, por lo que el impacto de la pandemia ha sido “muy grande”.

LITIGIO CON TELEFÓNICA

Tigo adquirió en 2019 los activos en Panamá y Nicaragua de la compañía española Telefónica, que buscaba desprenderse de esta parte de su negocio para concentrarse en sus cuatro principales mercados. Ramos se mostró “satisfecho” con ambas operaciones y destacó que en Panamá han logrado convertirse en el “primer operador” cuando hace dos años “no existíamos”.

Por el contrario, en Costa Rica, Tigo fue demanda por la compañía española para exigir el cumplimiento de los términos del acuerdo de compra que alcanzaron en 2019. El caso se encuentra pendiente de resolución en los Tribunales del Estado de Nueva York. Ramos afirmó tener únicamente “aprecio y respeto” por el equipo directivo de Telefónica a pesar del litigio, del que el tribunal “determinará quien está en lo correcto” ante la “diferencia de opinión”.

Cuestionado por la expansión de su negocio, Ramos destacó que, desde que llegó a la dirección de la multinacional en 2015, lo que se ha hecho ha sido “enfocarnos en Latinoamérica” y, para ello, se ha producido la venta de “seis operaciones” en África, pues ambas regiones eran “demasiado para nosotros”. Este dinero se ha reinvertido “a través de adquisiciones”, como en Panamá o Nicaragua, o en la construcción de redes, como en Colombia.

“MEJOR RED” DEL PAÍS

Este mercado representó en 2020 un 23% de su negocio en la región a pesar de ser el país más poblado entre los que opera. Por ello, y tras la construcción de la “mejor red” del país “a toda velocidad”, Ramos consideró que tienen “un espacio de juego importante” ante lo que consideran una situación de “equilibrio inestable” en el mercado de las telecomunicaciones.

En el global de su negocio, Ramos destacó que en siete de los ocho países donde compiten con su máximo rival, América Móvil, propiedad del multimillonario mexicano, Carlos Slim, Tigo ya es el primer operador.

Por otro lado, Ramos afirmó que, en El Salvador, desde el 7 de septiembre, su negocio de billetera móvil es “interoperable con bitcoin” pues así se les “mandó” y continuarán haciéndolo “porque esa es la ley”. No obstante, preguntado por la decisión del gobierno chino de prohibir las transacciones con criptomonedas, subrayó que Tigo no ha tomado “exposición” al negocio de las criptomonedas.