El edadismo es una consecuencia de los estereotipos, prejuicios y discriminación por la edad, una lacra que gran parte de la sociedad tiene normalizada, que afecta “enormemente” a quien lo padece y puede conllevar desgaste físico y mental.

El presidente del Consejo General de Enfermería (CGE), Florentino Pérez Raya, destacó el papel de las enfermeras como profesionales más cercanos al paciente y que “en el caso del edadismo, nos encontramos con una situación extremadamente grave a la que hay que poner freno desde la infancia”.

En el entorno familiar, laboral y social es donde se dan los casos más graves de este tipo de discriminación. Es por ello por lo que, desde el consejo, insisten en la toma de conciencia por parte de las administraciones y poner el foco en este problema es fundamental para buscar soluciones. La vocal de Aeesme, Isabel Jordán, aseguró que los ejemplos de edadismo pueden observarse en el día a día.

La enfermera y profesora del Instituto Superior de Formación Sanitaria (Isfos) del CGE, Maite Soy, señaló que esta realidad se suele “ocultar” porque “es difícil denunciar a alguien al que te une un vínculo afectivo”, e informó que algunos estudios indican que un porcentaje de agresores son los hijos o cónyuges de las víctimas.

En este sentido, la vocal del CGE en representación de la especialidad de Geriatría, Pilar Lekuona, puntualizó que la formación e información de la sociedad es muy importante y que “este es un papel fundamental de este colectivo” y recalcó que “tener mayor edad quiere decir que seamos menos capaces de hacer algo; debemos escucharlos el tiempo que necesiten y con total naturalidad y normalidad”.

“De hecho, el edadismo se asocia con una peor salud física y mental, un mayor aislamiento social, una mayor inseguridad financiera y una menor calidad de vida, lo que produce mayores tasas de muerte prematura”, subrayó la vocal de Aeesme, Uxua Lazkanotegi.

En representación de la especialidad de Salud Mental y vocal del CGE, Mª del Mar García, instó a trabajar para “hacer visible el edadismo, que se implanten medidas para luchar contra él, combatiéndolo con estrategias en la política y la legislación”, porque sólo así “caminaremos hacia un envejecimiento saludable”, concluyó.

Asimismo, el edadismo entra en muchas ocasiones en simbiosis con el machismo, dificultando la vida diaria de las mujeres a medida que cumplen años y complicando, entre otros asuntos, su llegada a puestos de trabajo relevantes.

Desde el colectivo de enfermería, consideran que las administraciones y la sociedad en general deben conocer y reconocer que existe esta problemática, abordarla y trabajar unidos para afrontar este tipo de discriminación.