Las investigaciones, según indica la Policía Nacional en una nota, comenzaron cuando los agentes tuvieron conocimiento de un secuestro llevado a cabo en la localidad de Vilaverd, una información recibida por los canales de la Agregaduría de Interior en Rumanía tras la denuncia interpuesta por el padre de la víctima, quien poseía una empresa familiar dedicada al transporte internacional de mercancías por carretera.

Según su declaración, uno de sus empleados tenía que realizar una entrega desde el puerto de Valencia hasta Italia con uno de sus camiones, pero la entrega nunca llegó a su destino y el empleado desapareció tras abandonar el vehículo en una localidad cercana a Girona.

Para aclarar la situación, el padre de la víctima viajó hasta España en su vehículo. Durante el viaje, su hijo le alertó de que ese camión tenía que realizar “un transporte especial”, que podría tratarse de una mercancía de 700 kilogramos de marihuana. La víctima viajó de Rumanía a España para reunirse con su padre e intentar localizar al conductor desaparecido.

Después de varios intentos “infructuosos”, se reunieron con tres varones de origen albanés, presuntamente dueños de la mercancía y los que la víctima conocía. Estas personas, que también estaban buscando al conductor invitaron a la víctima a acompañarles en su vehículo para buscarle. Tras media hora, esta contactó a su padre y le dijo que no podía regresar.

Los secuestradores pidieron un rescate y llegaron a mandarle una fotografía de su hijo con la cara desfigurada y con claros indicios de haber sido golpeado.

OPERATIVO

En el desarrollo del operativo, y a través de las medidas de investigación, en un momento dado se tuvo conocimiento de que la víctima se encontraba en la localidad alicantina de Elche y fue trasladada hacia Girona. Por ello, se montó un dispositivo policial de cierre a la altura de Tarragona, donde se verificó que el secuestrado estaba dentro del vehículo en el que le transportaban.

El conductor fue detenido y, posteriormente, se detuvo en Elche a otro individuo que presuntamente había participado en el secuestro. Los dos arrestados, de origen rumano, fueron enviados a prisión tras pasar a disposición judicial.

Durante su cautiverio, el secuestrado sufrió puñetazos, golpes con un cable y quemaduras de cigarro, y fue atado fuertemente de pies y manos durante los 19 días que permaneció sin libertad.