Medio ambiente

La Antártida tiene un 75% menos focas de Weddell de lo que se pensaba

MADRID
SERVIMEDIA

Alrededor de 202.000 hembras sub-adultas y adultas de foca de Weddell habitan en la Antártida, lo que supone un 75% menos de las 800.000 de estimaciones anteriores, según un nuevo estudio. Documentar las tendencias de población de esos animales a lo largo del tiempo ayudará a los científicos a comprender mejor los efectos del cambio climático y la pesca comercial.

El estudio, realizado por 11 investigadores de instituciones de Estados Unidos y publicado en la revista 'Science Advances', fue realizado junto con más de 330.000 ciudadanos voluntarios y se basa en cientos de imágenes satelitales de alta resolución que cubren enormes áreas de la Antártida. Se trata de la primera estimación directa jamás realizada de la distribución global de cualquier especie de animal salvaje de gran alcance en la Tierra.

La investigación indica que unas 202.000 focas hembra de Weddell viven en el continente helado. Cuando se tomaron las imágenes por satélite, los machos estaban principalmente en el agua bajo el hielo que protege sus territorios, por lo que no puede hacerse una precisión de su población.

"Eso no significa necesariamente que haya habido una gran disminución de las focas de Weddell recientemente, pero es probablemente un recuento más preciso que podemos usar como línea de base para determinar el cambio a lo largo del tiempo", apunta Michelle LaRue, investigadora asociada en el Departamento de Ciencias de la Tierra y Ambientales de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos), y autora principal del estudio.

Las focas de Weddell son una de las especies más emblemáticas de la Antártida. Además de ser innegablemente carismáticas, residen más al sur que cualquier mamífero en el mundo y pueden vivir hasta 30 años en algunas de las condiciones más duras del planeta. Son ocupantes estacionales del hielo marino costero que rodea la Antártida.

Al contar las focas en las imágenes satelitales, los científicos esperan aprender más sobre cómo el cambio climático y la pesca comercial en aguas antárticas pueden estar afectando el número de focas y todo el ecosistema a lo largo del tiempo.

"La razón por la que las focas de Weddell son tan importantes es porque son una especie indicadora clave para el océano Austral", apunta LaRue, que también es profesora titular en la Facultad de Tierra y Medio Ambiente de la Universidad de Canterbury.

LaRue añade al respecto: "Las focas de Weddell viven en hielo rápido, que es el hielo que está unido al continente antártico, el mismo hábitat que los pingüinos emperador. A medida que el clima continúa cambiando, podríamos esperar que el hielo rápido también cambie. Entonces, si entendemos dónde están las focas y cuántas hay, eso nos da una idea de cómo el ecosistema podría estar cambiando".

Por otro lado, LaRue apunta que las focas de Weddell también son importantes porque se alimentan de la merluza negra antártica, que se pesca comercialmente y termina en platos comercializada como lubina chilena. "No sólo nos dan una idea sobre el cambio climático, sino que también nos dan una idea de cómo podría estar funcionando todo el ecosistema porque la merluza negra antártica, o la lubina chilena, son una parte realmente importante del ecosistema antártico", agrega.

HÁBITAT

Además de este primer recuento, los investigadores obtuvieron nuevos conocimientos sobre el hábitat de las focas de Weddell. Así, prefieren estar cerca de la costa continental, pero también cerca de aguas profundas, posiblemente por la ubicación de los depredadores y los peces que comen. Quizás lo más interesante es que parecen preferir estar cerca de los pingüinos emperador, pero sólo si no hay demasiados.

"Parece que hay una compensación. Es bueno estar cerca de los pingüinos emperador, pero sólo si el tamaño de la colonia de pingüinos no es demasiado grande y no hay demasiada competencia por la comida", recalca LaRue.

Si bien las focas de Weddell son extremadamente importantes para el ecosistema del océano Antártico y se han estudiado desde principios de la década de 1960, nadie ha podido hacer un recuento completo de las focas debido al duro clima antártico y los lugares remotos en los que viven las focas.

"No hay absolutamente ninguna otra manera en que podríamos haber hecho un recuento preciso de las focas de Weddell", indica Leo Salas, coautor del estudio y científico principal de Point Blue Conservation Science, quien agrega: "A pesar de que nuestro equipo incluye investigadores experimentados que saben cómo contar los sellos en las imágenes, nuestro pequeño equipo habría tardado muchos años en buscar todas las imágenes. Tampoco hemos podido usar herramientas automatizadas porque el ojo humano sigue siendo más preciso que cualquier algoritmo informático".

Así, los investigadores recurrieron a ciudadanos porque había demasiadas imágenes satelitales de alta resolución para analizar.

(SERVIMEDIA)
05 Oct 2021
MGR/gja