Adicciones

El uso de cannabis en ratas adolescentes trae consecuencias “diferentes” entre sexos y ellos son “más proclives” a la adicción

- Según un estudio auspiciado por la UNED

MADRID
SERVIMEDIA

El efecto del consumo de cannabis durante la adolescencia en ratas produce consecuencias “diferentes” según el sexo, que son visibles en la edad adulta, resultando ellos “mucho más proclives” a caer en la adicción.

Así lo confirma un trabajo publicado por el Grupo de Investigación de Psicobiopatologia de la UNED a partir de un estudio en ratas que indica que los machos ya mayores “son mucho más proclives” que ellas a caer en algunos de los comportamientos patológicos que conforman las adicciones y que el consumo adolescente podría ser “fuente de riesgo” de padecer enfermedades mentales como la esquizofrenia, o, en casos concretos, “actuar como factor protector en las hembras”, según precisó este miércoles la UNED en un comunicado.

Mediante una combinación de estudios en ratas adolescentes de laboratorio expuestas a distintas dosis de THC, principio activo del cannabis, complementado con su seguimiento de adultos y con estudios genéticos de ARN en un área del cerebro conocida como núcleo accumbens, los investigadores, liderados por el profesor Alejandro Higuera Matas, han detectado “grandes diferencias sexuales” en los efectos del consumo adolescente de esta sustancia y los resultados son “de gran relevancia” para el desarrollo de tratamientos y estrategias preventivas de drogodependencias en humanos, según la UNED.

Estos se recogen en el artículo ‘Δ 9-tetrahidrocannabinol durante la adolescencia reprograma el transcriptoma del núcleo accumbens, afectando el procesamiento de recompensas, la impulsividad y aspectos específicos de la conducta similar a la adicción a la cocaína de una manera dependiente del sexo’, publicado por la revista ‘International Journal of Neuropsychopharmacology’.

Como método de observación para alcanzar sus conclusiones, los investigadores utilizaron la autoadministración intravenosa de drogas, que consiste en implantar quirúrgicamente un catéter en la vena yugular de los animales conectado a un sistema de inyección automática.

Asimismo, los científicos introdujeron al animal en una caja de condicionamiento en la que, cada vez que presionaba una palanca, se activaba la bomba de infusión y la rata recibía una inyección de la droga, el “mejor sistema”, según el profesor, con el que cuentan los investigadores para estudiar la adicción a drogas porque “reproduce muchas de las condiciones del consumo, voluntario por un lado y compulsivo por otro, que hacen los seres humanos”.

SEGUIMIENTO

Para la investigación se seleccionaron ratas adolescentes a las que se administraba el THC y, cuando llegaban a la edad adulta, se les hacía un seguimiento de la presencia de diferentes alteraciones psicológicas relacionadas con el consumo de la droga y el desarrollo de conductas adictivas, encontrando que aquellas tratadas con el cannabinoide mostraron una “mayor tendencia” a consumir cocaína en condiciones de alta demanda, es decir cuando el esfuerzo requerido para obtener la droga era alto.

No obstante, este efecto se vio en los machos, pero no en las hembras y, por su parte, aquellas que fueron tratadas con THC durante la adolescencia tuvieron un incremento de conductas impulsivas que, sin embargo, desapareció con el tiempo, según el experto.

El seguimiento de las ratas de laboratorio expuestos al THC en la adolescencia incluía aumentar y reducir el acceso a otras drogas ya en edad adulta de modo que, si en principio obtenían una dosis presionando la palanca una sola vez, el esfuerzo necesario para obtenerla aumentaba poco a poco y requería dos, tres, cuatro o más presiones. Los machos consumieron más drogas a pesar del mayor esfuerzo que requería obtenerla y las hembras no, si bien cuando se reducía nuevamente el esfuerzo, las hembras mostraban un “mayor repunte” en el consumo.

ADICCIÓN

Junto a ello, los investigadores constataron que el consumo de cannabis en la adolescencia no aumenta todos los comportamientos que integran una adicción y no afecta al consumo compulsivo de la droga y, en las hembras, la exposición a la sustancia en la adolescencia “podría estar protegiendo de las recaídas al consumo de drogas como la cocaína”. “Por tanto, los efectos a largo plazo de los cannabinoides en la adolescencia van a depender de una manera capital del sexo”, sentenció el investigador.

La investigación en el aulario de las ratas se complementó con el estudio neurobiológico de los efectos de las drogas en el cerebro, para lo cual se utilizaron técnicas de secuenciación masiva paralela de ARN, que permitió realizar “un análisis simultáneo de la expresión de miles y miles de genes” en el núcleo accumbens, un área del cerebro “fundamental para todos los procesos relacionados con el refuerzo”, según Higuera Matas, que aclaró que, de nuevo, los resultados “dependían críticamente del sexo de los animales”.

En concreto, la observación de algunos de los genes afectados por el consumo de cannabis en la adolescencia y que están relacionados con la esquizofrenia desveló que el sexo también aparece como “determinante”, lo que sugiere que el consumo de cannabis en adolescentes “podría generar una susceptibilidad o una protección frente a la enfermedad en función del sexo”.

Este trabajo se ha financiado gracias a proyectos de investigación concedidos por la Fundación BBVA, las Becas Leonardo para Investigadores Creadores Culturales y por el Plan Nacional sobre Drogas.

(SERVIMEDIA)
06 Oct 2021
MJR/clc