Según informó la diócesis getafense, el título es un reconocimiento a su labor solidaria, su opción preferencial por los pobres y su constancia. Además, la diócesis destacó que la joven supone un “paradigma de superación después del accidente que la dejó en silla de ruedas en 2013”.

El nombramiento lo efectuó el pasado 14 de octubre la presidenta nacional de Manos Unidas, Clara Pardo, a propuesta de la Delegación de esta ONG en Getafe.

Su misión para esta organización católica se desarrollará especialmente ante los jóvenes y deportistas, a quienes debe “sensibilizar sobre la situación extrema de los países pobres y ayudar a recaudar fondos para poder financiar los proyectos de Manos Unidas”.

Después de entregar el título y unos rosarios misioneros, tanto a Eva como a sus familiares, dedicó unas palabras de agradecimiento y de reconocimiento hacia la medallista y hacia su marido, también deportista de élite.

El obispo señaló que “Eva y Ángel demuestran dos cosas importantes, primero que la vida es un ‘don, una gracia’ que muchas veces no sabemos apreciar, y que los pequeños detalles son muy importantes, y que las dificultades se pueden convertir en posibilidades”.

La deportista agradeció el reconocimiento y se comprometió a seguir compartiendo su testimonio para ayudar a todo el que se enfrente a una enfermedad o a cualquier dificultad porque ha encontrado en ello un sentido, un ‘para qué’ a su accidente.