Biodiversidad

Unas 20.000 parejas de aves acuáticas se reproducen en La Albufera de Valencia

- Por primera vez hay unas 5.300 parejas de flamenco en el humedal, según SEO/BirdLife

Madrid Valencia
SERVIMEDIA

Alrededor de 20.000 parejas de 39 especies diferentes de aves acuáticas se han reproducido este año en La Albufera de Valencia gracias a una meteorología favorable y a unos buenos niveles de inundación.

Esos datos figuran en un censo coordinado por SEO/BirdLife y que cubre cerca de 14.000 hectáreas de arrozales, 3.500 hectáreas de la laguna, zonas de reserva y playas. Para cubrir ese territorio, esta ONG coordina un equipo que incluye al Servicio de Conservación de Ambientes Acuáticos del Ayuntamiento de Valencia y la Oficina Técnica del Parque Natural de la Generalitat Valenciana.

Los resultados del censo, dados a conocer este viernes, reflejan una “cifra impactante” de 20.000 parejas de aves acuáticas, según Toni Castelló, técnico de la delegación de SEO/BirdLife en la Comunidad Valenciana.

“Sin embargo, las oportunidades de mejora para algunas especies no terminan de materializarse. Los casos más notorios corresponden a las especies de anátidas dependientes de la disponibilidad de vegetación sumergida y de agua de buena calidad, y a las aves marinas y limícolas que, en general, no encuentran espacios de nidificación suficientes y seguros para aumentar sus poblaciones”, apuntó Castelló.

SEO/BirdLife considera la asignación de caudales ecológicos a La Albufera como uno de los pasos importantes para mejorar la calidad de los hábitats y de los recursos alimenticios para las aves acuáticas.

ANÁTIDAS

Una meteorología más favorable ha permitido una mejor sincronización del periodo de puestas y la inundación de los arrozales. Con ello, los números de ánade azulón vuelven a encontrarse alrededor de las 2.000 parejas, cuando el año pasado no se alcanzaron las 1.000 por los temporales.

El tarro blanco, el pato colorado, el porrón común y la focha común son especies que se han mantenido estables (13, 37, 11 y 37 parejas, respectivamente), pero se encuentran lejos de mostrar un estado de conservación favorable, ya que son más dependientes de la vegetación sumergida, que les sirve de alimento, y que escasea por la excesiva carga de nutrientes en el agua.

La cerceta pardilla, el pato más amenazado de Europa, mantiene las habituales cuatro parejas de los últimos años.

CANASTERAS Y FLAMENCOS

Por otro lado, preocupa la situación de la canastera común, especie catalogada como vulnerable en el Catálogo Valenciano de Especies Amenazadas y que parece encontrar cada vez más dificultades para nidificar en La Albufera.

Sus lugares preferidos -zonas desprovistas de vegetación y protegidas frente a depredación y molestias- son prácticamente inexistentes. Su población reproductora se ha reducido de unas 70 parejas en 2017 a poco más de una veintena en 2022 y 2023.

La cigüeñuela común, especie que nidifica principalmente en el arrozal, se ha visto beneficiada por la normalidad en la inundación en 2023 al contarse 900 parejas nidificantes, con lo que recupera valores anteriores a 2022.

La avoceta común, con 66 parejas, también se recupera y casi duplica la cifra de 2022. El chorlitejo patinegro, especie incluida en el catálogo de especies amenazadas, mantiene alrededor de 60 parejas reproductoras, como en años anteriores.

Por primera vez en la historia conocida del humedal se ha constatado la nidificación de unas 5.300 parejas de flamenco en el área de reserva del Racó de l’Olla, tras una numerosa presencia invernal. “Las razones de este importante asentamiento pueden responder a la combinación de un buen estado de inundación invernal de los arrozales del parque natural con la persistente falta de agua en humedales como la laguna de Fuente de Piedra, las marismas del Odiel o Doñana, sus localidades de cría más habituales”, explica Castelló.

GARZAS Y MORITOS

Las colonias de garzas, uno de los valores ornitológicos que otorgan mayor importancia a La Albufera, han mostrado un ligero descenso respecto a 2022. Las 7.700 parejas totales contabilizadas el año pasado pasan a 7.350 en 2023. Esta reducción refleja, principalmente, la pérdida de uno de los núcleos de nidificación de garza real y morito común en la Mata del Fang, posiblemente tras un episodio de depredación.

Por primera vez desde 2015, se reduce moderadamente la población reproductora de morito común, que pasa de las 4.100 parejas en 2022 a las 3.800 de 2023.

En el caso de la garza imperial y la garcilla cangrejera, se constata un declive de sus poblaciones. De la primera, únicamente se han detectado 21 parejas, la mitad de las censadas en los tres años previos, sin que hayan podido identificarse las causas de esta incidencia. La garcilla cangrejera se ha mantenido en el centenar de parejas, como en años anteriores.

Como dato positivo, se incrementa la población reproductora de garceta común, que pasa de poco más de 1.000 parejas en 2022 a casi 1.300 en 2023. El número de parejas para el resto de las especies de garzas se ha mostrado relativamente estable respecto a años previos: avetorillo (56), martinete (200), garcilla bueyera (1.400) y garceta grande (1).

En su conjunto, la mayoría de las especies de garzas muestran una reducción progresiva en los últimos 20 años. Análisis recientes de datos recopilados por SEO/BirdLife señalan que inundaciones cada vez más tardías de los arrozales, asíncronas con las puestas y que limitan el alimento podrían estar reduciendo su éxito reproductivo.

Especies que suelen alimentarse en los arrozales como la garceta común, la garza real y la garcilla cangrejera también podrían estar manifestando cambios en la dieta, llevándolas al forrajeo de recursos con menor valor nutritivo.

GAVIOTAS Y CHARRANES

El éxito reproductor de gaviotas y charranes este año se ha visto influenciado por un foco del virus H5N1 de la influenza aviar, que tiene un fuerte impacto en las colonias de aves marinas en el norte de Europa, donde la mortalidad ha alcanzado hasta un 74%.

En La Albufera, la mortalidad por esta causa ha sido mayor en los pollos de charrán patinegro, gaviota cabecinegra y pagaza piconegra, que en conjunto podrían haber perdido más de 2.000 polluelos. En los adultos fue tres veces menor.

Aparte de esta incidencia, los censos de las colonias de gaviotas y charranes han mostrado signos positivos en 2023. La gaviota de Audouin, especie catalogada como vulnerable en el Catálogo Valenciano de Especies Amenazadas, ha triplicado el resultado de 2022 con cerca de 800 parejas.

La gaviota picofina, también catalogada como vulnerable, alcanza las 36 parejas y se duplica respecto a 2022.

Entre los charranes catalogados con algún tipo de amenaza, aumenta el charrancito común, que incrementa el número de parejas de 50 en 2022 a 62 en 2023, mientras que la población reproductora de charrán común, con más de 250 parejas, se encontraría escasamente por debajo de la estimada en 2022.

Otras especies, como la gaviota cabecinegra ha pasado de 1.000 parejas en 2022 a 1.700 en 2023. El resto de las especies de gaviotas y charranes se han encontrado en números similares a los años previos.

(SERVIMEDIA)
06 Oct 2023
MGR/pai