De este modo, el convenio firmado hoy posibilitará la construcción de una gran infraestructura que servirá de apoyo al desarrollo de plataformas aéreas no tripuladas y contará con una pista de dos kilómetros de longitud, instalaciones técnicas de apoyo y una zona aérea de ensayo de un millón de hectáreas, según informó el departamento que dirige Diana Morant.

El proyecto CEUS es el resultado de la convocatoria de Iniciativas Científico-Tecnológicas (ICTs) en el ámbito público para el fortalecimiento de las instituciones e infraestructuras de I+D+I, lanzadas por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) en abril de este año y cofinanciadas con fondos Feder, por un importe de 28 millones de euros.

Para este proyecto, cuya conclusión está prevista en noviembre de 2023, se complementarán las capacidades actuales al Centro de Experimentación de El Arenosillo, con una infraestructura (pista de despegue y aterrizaje, edificios para instalaciones e instrumentación) que supondrá una mejora significativa de los medios disponibles en este ámbito y donde se espera generar puestos de trabajo para personal altamente cualificado.

El Ministerio de Ciencia explicó que la ubicación de este emplazamiento cuenta con una serie de ventajas, como la existencia de una zona de exclusión aérea de un millón de hectáreas que facilita el ensayo de los drones con suficientes márgenes; buena meteorología la mayor parte del año; presencia de un ecosistema aeronáutico en Andalucía que constituiría uno de sus clientes potenciales; la presencia de sistemas optrónicos y de radar junto con todas sus herramientas de comunicaciones y procesado de datos en las instalaciones actuales del Arenosillo, que servirían para monitorizar el vuelo de los drones y, eventualmente, organizar su recogida de datos; y la larga experiencia del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) en la gestión de pruebas y ensayos de aviones no tripulados.

Estas instalaciones serán útiles para la operación de drones de gran tamaño que puedan aprovechar la pista de dos kilómetros de longitud y su zona de vuelo, podrán servir de base para las actuales y futuras plataformas aéreas de investigación del INTA y, puesto que muchas de las plataformas aéreas a ensayar contarán con sensores de teledetección, podrán ser utilidad para la comunidad científica de las ciencias de la tierra.