En la misma sentencia, hecha pública, la Sección Primera de la Sala de lo Penal ha condenado a un año y seis meses de prisión a Azaitz García, quien aprovechó el ataque de su amigo de Ligüerzana para exhibir una pancarta a favor de ETA.

Los magistrados, presididos por la jueza Manuel Fernández Prado, consideran probado que en la tarde del 4 de agosto de 2005, durante la bajada del Celedón, Ligüerzana golpeó con el palo de la Ikurriña que portaba a uno de los agentes de la Policía Local que custodiaban el evento, intentando repetir la agresión en varias ocasiones. El ataque le produjo al agente varias lesiones, de las que tardó en recuperarse 49 días.

Al mismo tiempo, García, cubriéndose el rostro con una camiseta, exhibió una pancarta con el anagrama de ETA y la leyenda Bietan Jarrai, uno de los lemas de la organización terrorista. Otros agentes recibieron puñetazos y rociadas con spray de defensa personal por parte de personas no identificadas.

En base a estos hechos, los magistrados han encontrado a Ligüerzana culpable de un delito de lesiones en desorden público mientras que a García le han atribuido un delito de enaltecimiento del terrorismo.

La sentencia señala que, durante la bajada del Celedón, “lejos de los naturales zarandeos o empujones, propios de la congregación de numerosas personas que pretenden tocar a dicha figura, se produce la intervención de un grupo de personas afines a ETA” cuya intención es agredir a los policías que custodian al personaje.

Los magistrados aseguran que la intención de García al enarbolar la pancarta con el anagrama de ETA era “hacer ver, a través de la retransmisión por televisión, la presencia de la banda terrorista en las fiestas”.

Además de los dos años de cárcel, Ligüerzana ha sido condenado a indemnizar con 2.940 euros al agente agredido por “los daños y perjuicios sufridos”.