Según informó la Policía, las detenciones se produjeron en Almería y Valencia. En los registros realizados en los domicilios de estas personas se localizaron soportes informáticos en los que había miles de archivos de contenido pornográfico infantil y de extrema dureza.

Las autoridades españolas llegaron hasta estos presuntos pedófilos gracias a una investigación desarrollada por las Fuerzas de Seguridad de Nueva Zelanda y de EEUU.

En concreto, agentes encubiertos neozelandeses lograron introducirse en una especie de “miniredes privadas” de Internet, que funcionaban como las redes P2P de intercambio de archivos entre internautas.

En estos círculos privados se intercambiaba material pornográfico infantil y se podía acceder al contenido de imágenes y vídeos que mostraban abusos sexuales a menores.

La particularidad de estas “miniredes privadas” de Internet es que únicamente pueden acceder a los archivos las personas que el usuario del programa haya invitado. Además, los arrestados se servían también de las redes sociales o el correo electrónico para enviar de forma personalizada invitaciones para compartir los ficheros.