El Alto Tribunal desestima íntegramente el recurso del religioso, y ratifica que cometió delito continuado de abusos sexuales con prevalimiento (a la menor de edad), de abuso sexual al joven, y de utilización de menor de edad para elaborar material fotográfico, ya que sacó diversas fotos de la chica de la que abusaba estando desnuda.

Los hechos ocurrieron entre finales de 2014 y principios de 2015, en una casa propiedad de la familia del acusado y también en la sacristía del santuario de O Cebreiro.

Según los hechos probados, el hombre entregó distintas cantidades de dinero a la chica y también a su primo, a quien dijo que se lo daba para que “callase la boca” y no contase a nadie lo ocurrido.

El Supremo confirmó que concurrió prevalimiento en los hechos, cometidos por una persona como era el fraile, 40 años mayor que las víctimas, y teniendo en cuenta la discapacidad de las víctimas, ya que también la chica “tenía capacidad intelectual límite”, dice la sentencia.