Consumo

Greenpeace 'clausura' tiendas de moda rápida en el centro de Madrid contra el 'Black Friday'

- Con carteles con el lema ‘Sin stock. Planeta agotado’

MADRID
SERVIMEDIA

Activistas de Greenpeace llevaron a cabo esta mañana la ‘clausura simbólica’ de tiendas de moda rápida en la Gran Vía de Madrid con carteles con el lema ‘Sin stock. Planeta agotado’ coincidiendo con el ‘Black Friday’ y con el fin de denunciar que el consumismo que se promueve en este tipo de fechas esquilma los recursos del planeta y agrava el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

Los activistas cubrieron de pintura negra (ecológica y lavable) los escaparates de H&M, Primark, Mango y Lefties, y denunciaron así que “Black Friday destruye el planeta” por la alta demanda de materias primas, energía y de agua potable que genera, especialmente en industrias cuyo modelo de negocio se basa en productos desechables o de poca duración, según Greenpeace.

Esta organización indicó que las consecuencias de este modelo consumista son la destrucción de hábitats, como bosques y océanos, y la elevada cantidad de emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero producidos por los combustibles fósiles y del transporte de todos estos productos.

A ello se añade la “descontrolada generación de residuos”, principalmente por los desechos de materiales de un solo uso procedentes del embalaje como plásticos o cartones y las materias primas no utilizadas o los productos ya hechos que no se han vendido o se desechan tras un corto uso y que terminan en vertederos o en incineradoras y contaminan el aire, el agua y el suelo.

“Los datos hablan por sí solos y dejan claro que la moda es la punta del iceberg del modelo consumista, que tiene su auge en ‘Black Friday’. El ritmo de consumo actual es insostenible y está destruyendo hábitats, generando emisiones de gases de efecto invernadero y basura que contamina agua, aire y suelos”, apuntó Celia Ojeda, responsable de la campaña de Consumo de Greenpeace.

Para Ojeda, “los gobiernos y las ciudades deben establecer normativas que regulen la producción, limiten la obsolescencia programada, prohíban la publicidad de las marcas contaminantes y fomenten una verdadera economía circular que no se base sólo en el reciclaje”. “Es necesario un cambio en el sistema para salvar el planeta”, sentenció.

Según Greenpeace, este cambio debe reflejarse en primar la reutilización, la reparación y el rellenado como parte de la solución, esfuerzo que debe hacer también el comercio electrónico, que se ha cuadriplicado en España por la pandemia de la Covid-19.

‘FAST FASHION’

Desde el año 2000 se ha duplicado la producción de ropa mientras su uso ha disminuido un 36%. Se calcula que más de la mitad de la moda rápida (denominada ‘fast fashion’ en inglés) que se produce se tira en menos de un año y el 73% acaba incinerada o en vertederos.

Según datos de la ONU, sólo para producir unos vaqueros se necesitan 7.500 litros de agua, el equivalente al agua que una persona bebe durante siete años. El consumo de agua de la moda rápida es de casi ocho millones de metros cúbicos anuales y es responsable de un 20% de la contaminación industrial de agua.

El uso cada vez más extendido de fibras sintéticas hace que la ropa libere más de medio millón de toneladas de microfibras en el océano cada año, lo que equivale a más de 50.000 millones de botellas de plástico. Además, la industria de la moda es responsable del 10% de las emisiones mundiales, según Greenpeace.

Aunque algunas grandes marcas de ‘fast fashion’ han hecho progresos en la eliminación de productos químicos peligrosos en su producción y en su ropa, Greenpeace afirma que no hay ningún avance en la desaceleración del flujo de ropa nueva y la mayoría de ellas se anclan en “falsas soluciones” como el reciclaje o alternativas que representan un mínimo porcentaje del total de producción de su ropa.

Greenpeace reclama una regulación vinculante para que las marcas de moda rápida no manipulen los límites de su “destructivo modelo de negocio” aumentando cada vez más los volúmenes de ropa que se fabrican.

“En lugar de tomar medidas valientes y transparentes para cambiar el sistema de la moda rápida, la mayoría de las veces estas marcas están ofreciendo falsas soluciones y realizando ‘greenwashing’ basado en ropa reciclada o reciclable. Esto solo crea la ilusión de que ‘se está haciendo algo’ y fomenta el consumo masivo sin culpa”, añadió Ojeda.

MÁS DATOS

Según Greenpeace, el uso actual de los recursos naturales es de media mundial 1,7 veces más rápido de lo que los ecosistemas pueden regenerar. Este promedio global está muy descompensado, esa media mundial se eleva en los países más industrializados (5,0 planetas si el mundo entero consumiese como Estados Unidos; 4,1 como Australia; 3,5 como Corea del Sur; 3,3 como Rusia y 2,5 como España).

El ‘Black Friday’ es de origen estadounidense, donde se celebra tras el Día de Acción de Gracias. Se trata de un día festivo para buena parte de los ciudadanos de ese país, que aprovechan para adelantar las compras navideñas.

En España, comenzó en 2013 y ha ido ganando protagonismo gracias a las campañas de marketing de grandes compañías. Desde 2015, las ventas por esa tradición han aumentado entre un 10% y un 20% cada año, a lo que hay que añadir un cambio de patrón en el consumo desde 2019, cuando se incrementó la compra ‘online’.

En 2019, sólo la producción, el embalaje y el transporte de todos los productos que se compraron en Madrid durante el ‘Black Friday’ fueron responsables del 1,7% de las emisiones anuales de la ciudad, el 81,1% de ellas por la producción y comercialización de los productos. Esas emisiones serían equivalentes al carbono almacenado en 211 hectáreas de bosque templado o como si cada habitante del planeta hubiese deforestado cuatro metros de bosque templado.

(SERVIMEDIA)
26 Nov 2021
MGR/gja