Astronomía

Un telescopio de ESO descubre la pareja de agujeros negros supermasivos más cercana hallada hasta el momento

MADRID
SERVIMEDIA

Un equipo de astrónomos, utilizando el ‘Very Large Telescope’ del Observatorio Europeo Austral (VLT de ESO), ha revelado la presencia de la pareja de agujeros negros supermasivos más cercanos a la Tierra jamás observados. Los dos objetos también tienen una separación mucho más pequeña que cualquier otro par de agujeros negros supermasivos previamente observados, por lo que acabarán fusionándose en un agujero negro gigante. El trabajo donde se analiza este hallazgo se publicó este martes en una revista científica.

Según explicó ESO en un comunicado, está ubicado en la galaxia NGC 7727, en la constelación de Acuario, por lo que el par de agujeros negros supermasivos está a unos 89 millones de años luz de distancia de la Tierra. Aunque esto puede parecer lejano, supera el récord anterior de 470 millones de años luz por bastante margen, lo que hace que esta nueva pareja de agujeros negros supermasivos sea la más cercana a la Tierra hasta ahora.

Los agujeros negros supermasivos se esconden en el centro de las galaxias masivas y cuando dos de esas galaxias se fusionan, los agujeros negros terminan en curso de colisión. El par de NGC 7727 batió el récord de la separación más pequeña entre dos agujeros negros supermasivos, ya que se observa que están a solo 1.600 años luz de distancia en el cielo.

"Es la primera vez que encontramos dos agujeros negros supermasivos que están tan cerca el uno del otro, menos de la mitad de la separación del poseedor del récord anterior", afirmó la astrónoma del Observatorio de Estrasburgo en Francia Karina Voggel, autora principal del estudio que se publicó este martes en en la revista ‘Astronomy & Astrophysics’.

"La pequeña separación y la velocidad de los dos agujeros negros indican que se fusionarán en un agujero negro monstruoso, probablemente dentro de los próximos 250 millones de años", agregó el coautor, Holger Baumgardt, profesor de la Universidad de Queensland, Australia.

Para la realización de este estudio, Voggel y su equipo pudieron determinar las masas de los dos objetos observando cómo influye la atracción gravitacional de los agujeros negros en el movimiento de las estrellas que hay a su alrededor, descubriendo que el agujero negro más grande, ubicado justo en el núcleo de NGC 7727, tenía una masa casi 154 millones de veces la del Sol, mientras que su compañera tiene 6,3 millones de masas solares.

Según destacó el ESO, se trata de la primera ocasión en la que las masas se miden de esta manera en el caso de una pareja de agujeros negros supermasivos. Esta hazaña fue posible gracias a la proximidad del sistema a la Tierra y a las detalladas observaciones que el equipo obtuvo en el Observatorio Paranal, en Chile, utilizando el instrumento MUSE (Multi-Unit Spectroscopic Explorer, explorador espectroscópico multiunidad), instalado en el VLT de ESO, un instrumento con el que Voggel aprendió a trabajar durante su etapa como estudiante en ESO. La medición de las masas con MUSE y el uso de datos adicionales del Telescopio Espacial Hubble de la NASA / ESA, permitió al equipo confirmar que los objetos de NGC 7727 eran, de hecho, agujeros negros supermasivos.

La comunidad astronómica sospechaba que la galaxia albergaba dos agujeros negros, pero no habían podido confirmar su presencia hasta ahora, ya que “no vemos grandes cantidades de radiación de alta energía proveniente de su entorno inmediato, lo que de otro modo los delataría”.

"Nuestro hallazgo implica que podría haber muchas más de estas reliquias fruto de fusiones de galaxias por ahí y pueden contener muchos agujeros negros masivos ocultos que aún esperan ser encontrados", afirmó Voggel. "El número total de agujeros negros supermasivos conocidos en el universo local podría aumentar en un 30 por ciento”, precisó.

A partir de este descubrimiento, se espera que la búsqueda de parejas de agujeros negros supermasivos ocultos de manera similar dé un gran salto adelante gracias al Telescopio Extremadamente Grande (ELT) de ESO, que comenzará a operar a finales de esta década en el desierto de Atacama, en Chile. Según el coautor, Steffen Mieske, astrónomo de ESO en Chile y Jefe de Operaciones Científicas de ESO en Paranal, "La detección de esta pareja de agujeros negros supermasivos es sólo el comienzo. Con el instrumento HARMONI del ELT podremos hacer detecciones como esta considerablemente más allá de lo que es posible actualmente. El ELT de ESO será fundamental para comprender estos objetos".

(SERVIMEDIA)
30 Nov 2021
SDM/mjg