Cultura

Los lectores dan su último adiós a Almudena Grandes en el Cementerio Civil de Madrid

MADRID
SERVIMEDIA

Cientos de lectores de Almudena Grandes (1960-2021) se despidieron este lunes de la autora, blandiendo sus obras en las manos, en el Cementerio Civil de Madrid, donde sus restos mortales fueron enterrados tras su fallecimiento el pasado sábado.

Lo hicieron respondiendo al llamamiento en redes sociales del periodista Ramón Lobo, quien había instado a los lectores de Almudena Grandes a acudir a su entierro con una de sus obras.

No estuvieron solos, ya que al sepelio también acudieron personalidades políticas, como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz; el líder de Más País, Íñigo Errejón; la diputada Inés Sabanés; y la portavoz de Más Madrid en la Asamblea, Mónica García.

También estuvieron líderes sindicales, como el secretario general de CCOO, Unai Sordo; personalidades de la cultura, como el director de cine Pedro Almodóvar; los cantantes Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos; el poeta Benjamín Prado; El Gran Wyoming; el dramaturgo Miguel del Arco; y el propio Ramón Lobo y los periodistas Jesús Maraña, Miguel Ángel Aguilar y Pepa Bueno.

Como en otras ocasiones en el pasado, Madrid se echó a la calle para despedir a una de sus vecinas ilustres, cuyos restos reposarán en el Cementerio Civil, donde yacen notorios y anónimos republicanos de izquierdas, corriente política de la que siempre se sintió parte, como el fundador del PSOE, Pablo Iglesias (1850-1925); la histórica líder comunista Dolores Ibárruri (1895-1989) o el fundador de CCOO, Marcelino Camacho (1918-2010).

Pasadas las 12.00 horas, el coche fúnebre con los restos de Almudena Grandes llegó al cementerio, donde sus lectores, enarbolando en alto sus obras, y agitando banderas republicanas y del Atlético de Madrid, equipo del que era hincha confesa, hicieron un pasillo que atravesaron el féretro de la escritora y sus familiares.

Antes de que el catafalco fuera depositado en la tumba, se leyó un texto de la propia Almudena Grandes - "Por una falda de plátanos"-, un poema de su viudo, Luis García Montero - "Ausencia es una forma de invierno" y se escuchó la canción "Noches de boda", de Joaquín Sabina.

Luego de que un portavoz de la familia diera las gracias a los presentes por acompañarles, el cuerpo fue enterrado mientras aquellos gritaban "sin memoria, no hay democracia", "viva la República", "hasta siempre compañera", "estas son nuestras armas" (en referencia a los libros) y "gracias", unos mensajes que tuvieron su colofón con las estrofas de "La Internacional".

Tras el sepelio, la tumba de la gran cronista de la represión franquista y el exilio republicano, presidida por una foto en blanco y negro suya con la leyenda "No hay amor sin admiración", fue cubierta de flores y de libros por sus lectores.

Cuando la multitud se dispersó, García Montero se acercó a la tumba, ante la que mantuvo un diálogo silencioso en la intimidad, para, a continuación, retirarse, no sin antes agradecer personalmente a quienes todavía no se habían marchado su asistencia al entierro de una de las mejores escritoras de la historia en lengua castellana.

(SERVIMEDIA)
29 Nov 2021
MST/gja