Entre los pacientes atendidos en los últimos 18 meses, se detectó un nuevo perfil de adolescentes que sufren una evolución clínica muy rápida y grave, llegando al hospital con pérdidas de 10-15 Kg en pocas semanas y con consecuencias físicas graves, que precisan ingreso hospitalario en numerosas ocasiones.

La evolución del problema de alimentación tiende a ser buena en este grupo de adolescentes, al menos en los primeros meses de tratamiento, aunque mantienen alteraciones emocionales y conductuales que con toda probabilidad requerirán tratamiento a medio o largo plazo. Además, se siguen atendiendo los adolescentes con trastorno de alimentación con cursos clínicos más lentos pero que han tenido más dificultades para acceder a atención precoz por lo que presentan mayor complejidad y gravedad clínica.

Con motivo de la celebración del Día Internacional de Lucha contra los Trastornos de Alimentación, el Hospital Niño Jesús celebró este martes una jornada conjunta entre los profesionales sanitarios y las familias representadas por Adaner (Asociación para la Defensa de la Atención de la Anorexia Y Bulimia Nerviosa). Un encuentro en el que se plantean los nuevos retos y las necesidades para las personas en riesgo y para los pacientes con trastornos de alimentación y sus familias en tiempo de pandemia y sus necesidades futuras.

Los profesionales de la Unidad de Trastornos de Alimentación del Hospital Niño Jesús consideraron que la pandemia está funcionando para toda la población como un factor estresante desde el punto de vista sanitario, emocional y económico y que en las personas vulnerables a sufrir trastornos de alimentación ha podido producir o acelerar la aparición de los mismos.

La Jefa del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Niño Jesús, la doctora Montserrat Graell, indicó que “con la pandemia se han incrementado los factores de riesgo para sufrir trastorno de la conducta alimentaria como son el cambio de rutinas escolares, sociales y familiares, un mayor aislamiento social que puede dificultar la estabilidad emocional y la construcción de la identidad durante la adolescencia y efectos emocionales negativos como la ansiedad, sentimiento de indefensión, duelos e incertidumbre”.