El ‘Taxonosaurio’, como lo ha llamado la ONG, tiene cuatro metros de altura, está hecho de chatarra y pintado con símbolos de advertencia radiactiva y llamas de gas azules.

La activista de Greenpeace en la UE Ariadna Rodrigo explicó que la taxonomía de la Unión Europea podría haber sido útil para acabar con el “greenwashing”, pero es su lugar se está convirtiendo en todo lo contrario.

También afirmó que las emisiones de metano fugitivas provocan que el gas pueda ser tan malo para el clima como el carbón, mientras que después de setenta años la industria nuclear sigue sin tener una solución para la “creciente” montaña de residuos radiactivos.

Los planes de la Comisión Europea de incluir el gas fósil, la energía nuclear y la ganadería intensiva en la taxonomía se han enfrentado a duras críticas por parte de los gobiernos nacionales, gestores activos, organismos de la ONU y grupos ecologistas.

El responsable de la campaña de combustibles fósiles de Greenpeace, Francisco del Pozo, aseguró que “los intereses nucleares y el gas se están uniendo para mantenerse en el negocio a pesar de la emergencia climática y ambiental en la que nos encontramos”. Además, recalcó que “etiquetar como inversión verde el gas fósil y nuclear es inaceptable y una amenaza de desviar dinero a las energías renovales o los proyectos de energía ciudadana”.

No obstante, se espera que la Comisión proponga criterios que permitan etiquetar algunas actividades nucleares y de gas fósil como “respetuosas con el medio ambiente”. El primer conjunto de actos delegados de taxonomía, que incluye la tasa y quema de árboles y cultivos para obtener energía, así como el uso de coches híbridos que dependen del gasóleo y la gasolina, entrará en vigor mañana, 8 de diciembre.