Así lo refleja, al menos, el Barómetro del CIS publicado el pasado mes de diciembre sobre un trabajo de campo realizado entre los días 1 y 13. Unas fechas tan recientes que, a menos que el inopinado adelanto electoral en Castilla y León haya minorado abruptamente su felicidad, cabe sospechar que los votantes de Ciudadanos mantienen su nivel de dicha en este arranque del año 2022.

De acuerdo con el citado Barómetro, los españoles que el 10 de noviembre de 2019 apostaron por el partido entonces dirigido por último día por Albert Rivera, en vísperas de dejar la política precisamente con la intención declarada de ser “feliz”, puntúan dos años después con un 7,85 de media su estado anímico. Quienes en las mismas urnas se decantaron por Vox, la némesis de Cs en aquel recuento electoral en el que se dispararon a 52 escaños, fueron los segundos que más alto lo estimaron, con un 7,78.

A los electores de Ciudadanos y a Vox les siguen, con diferencias también de centésimas, los del PP (7,74), los del Partido Regionalista de Cantabria (7,71), los de ERC (7,69), los de Compromís (7,63), los del PSOE (7,61), y los del PNV (7,57), que componen así el octeto, ideológicamente bastante transversal, de formaciones cuyos votantes se sienten más felices que la media de España, situada en un 7,56 según las valoraciones de los encuestados por el Barómetro.

También se situaron por encima de la media, con un 7,58, los encuestados que aseguraron a los profesionales del CIS que no recordaban a qué formación votaron en noviembre de 2019, y por tanto puede deducirse que políticamente tenían poco motivo por el que arrepentirse. Por debajo de dicho promedio se situaron los votantes del BNG (7,39), los de Unidas Podemos (7,27), los de Navarra Suma (7,26), los de Más País (7,25), los de Junts (7,17), los del Pacma (7,06), los de la CUP (7,00) y los de EH Bildu (6,91).

Tres décimas por detrás de esta última puntuación quedaron los votantes de Coalición Canaria/Nueva Canarias, quienes, a pesar de vivir en las Islas Afortunadas, se rezagaron a la parte baja de la clasificación con un 6,60. Sólo quedaron por delante del único elector de Teruel Existe a quien el CIS tuvo a bien preguntar en su estudio de diciembre, y que resultó ser una persona bastante desdichada que valoró con apenas un 5 raspado su nivel de felicidad.