El Barómetro del CIS publicado el pasado mes de diciembre revela esta curiosa paradoja que posiblemente se repita en la semana entrante, por la festividad de los Reyes Magos que se celebra el próximo jueves.

A la pregunta de si el encuestado suele hacer regalos a sus familiares y amigos por Navidades, respondió que sí el 88,2% y que no el 11,7%, pero con algunas diferencias si se cruzan las respuestas con la de recuerdo de voto.

En concreto, contestaron que sí el 94,8% de los votantes de ERC, el 94,3% de los de Junts y hasta el 100% de los de la CUP, si bien esta unanimidad se ve relativizada por el hecho de que el CIS sólo preguntó a 14 personas que dijeron haber votado a la formación anticapitalista catalana. En cualquier caso, los elevados porcentajes de los electores de estos tres partidos independentistas contrastan con el escaso 81,3% de los de EH Bildu.

Entre una cifra y otra se sitúan los votantes de los cuatro grandes partidos estatales, a los que lideran en generosidad navideña los de Vox, con un 91,3%. Después se sitúan los del PSOE, con un 89%, los del Unidas Podemos, con un 88,7%, y los del PP con un 86,9%.

Entre los del espacio confederal, el porcentaje se eleva hasta el 94,7% en Cataluña y hasta el 96% en Galicia, por los que el CIS discrimina en sus resultados por tratarse de marcas electorales específicas. Del resto de formaciones, se acercan mucho a la probidad de los independentistas catalanes, curiosamente, los votantes de su némesis ideológicas, Ciudadanos, de los cuales afirman hacer regalos a sus amigos y familiares el 94%.

Como porcentaje, quedan ligeramente por encima de ellos los de Navarra Suma (94,7%), Más País (95,8%) y los de Coalición Canaria/Nueva Canarias, Compromís, Partido Regionalista de Cantabria y Teruel Existe (100%), pero, de nuevo, el escaso muestreo de votantes de estos partidos a los que preguntó el CIS basándose en los resultados de las elecciones de 2019 (entre 1 y 26 encuestados) aconseja no sacar grandes conclusiones. Tampoco de los del Pacma, que, con un 81,1%, se alinearon aun por debajo de los electores abertzales, menos generosos, por lo demás, que sus convecinos del PNV (86,5%)