Las plataformas vecinales contra la ganadería industrial denuncian los daños de este modelo de producción de carne

MADRID
SERVIMEDIA

Las más de 50 plataformas y asociaciones vecinales de siete comunidades autónomas que forman parte de la Coordinadora Estatal Stop Ganadería Industrial denunciaron este miércoles los daños que genera este modelo de producción de carne tanto en el entorno medioambiental como en otros ámbitos.

Lo hicieron tras la polémica por las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, en una entrevista en ‘The Guardian’ en la que dijo literalmente que las explotaciones extensivas y familiares son sostenibles, pero que “lo que no es sostenible en absoluto son las llamadas macrogranjas”, que “encuentran un pueblo en un rincón despoblado de España y meten 4.000, o 5.000, o 10.000 cabezas de ganado. Contaminan el suelo, contaminan el agua y luego exportan esta carne de mala calidad procedente de estos animales mal tratados”. En un tuit posterior, el propio Garzón aseguró que él no había dicho “mala calidad” sino “peor” calidad que la de las explotaciones familiares.

Las plataformas que forman parte de esta Coordinadora Estatal subrayaron en un comunicado que no han entrado nunca ni entrarán “en luchas políticas” por su carácter transversal y su mensaje “claro”: “apoyar la ganadería extensiva frente al modelo de ganadería industrial, que ni fija población, ni dinamiza las zonas rurales económicamente, ni es la solución para la España vaciada y muy al contrario afecta gravemente a la calidad del entorno, de las aguas y del modo de vivir de los que trabajan y pueblan el mundo rural”.

“La Coordinadora no está en contra del consumo de carne, ni está en contra de la ganadería, se opone al modelo de ganadería industrial por los daños que provoca en el medio rural y apoya la ganadería extensiva, que respeta los recursos, fija población y ofrece un producto de calidad superior”, precisa.

En ese sentido, pide a las organizaciones patronales cárnicas (Asici, Avianza, Intercun, Interovic, Interporc y Provacuno) y las organizaciones agrarias (Asaja, UPA y COAG) “que no hagan interpretaciones poco rigurosas y sesgadas de la problemática que supone la ganadería industrial en las zonas rurales. Estas declaraciones no hacen más que enturbiar el debate y mandar un mensaje erróneo a la ciudadanía”.

Denuncian que se están publicando titulares a raíz de esta polémica que “no reflejan la realidad”. “Por ejemplo, que las explotaciones de ganadería industrial generan mucho empleo”. Según el informe de Principales Indicadores Económicos del Sector de la Carne de 2020 del Ministerio de Agricultura entre el año 2015 y 2020 el censo de cerdos en España ha crecido un 35% y, sin embargo, el número de granjas de menor tamaño (menos de 1.000 animales) ha descendido un 30% en toda España en los últimos diez años.

“Es decir, cuánto más crece la ganadería industrial más granjas familiares desaparecen. Un estudio del Institute for Agriculture and Trade Policy lo reafirma concluyendo que este tipo de ganadería destruye el triple de empleos de los que generan, ya que al ser explotaciones muy automatizadas requieren muy poca mano de obra, y los trabajos que crea son de peor calidad, precarios y mal remunerados. Hay infinidad de pueblos en España donde la ganadería industrial no ha frenado la despoblación, sino que la ha agravado. Por ejemplo, en el municipio albaceteño de Balsa de Ves con 131 vecinos, donde se crían unos 100.000 cerdos al año y que ha perdido un 40% de sus vecinos desde que se instaló la macrogranja en 2006”.

Además, sobre la supuesta peor calidad de esa carne, subraya que “es algo obvio si se conocen las diferencias entre los modelos de producción en intensivo y en extensivo, sobre todo en lo relativo a la alimentación del animal, el uso de antibióticos… Nadie pone en cuestión que la carne que se exporta desde España cumple los requisitos legales y sanitarios, como se está malinterpretando. Simplemente que hay una carne barata procedente de ganadería industrial cuya calidad nutricional es menor respecto a la carne de ganadería extensiva”.

A modo de ejemplos de los efectos de esa ganadería industrial, la Coordinadora se remite a “hechos comprobados”. “Se puede citar como ejemplo de evidencia científica la contaminación del embalse de As Conchas en Ourense, que lo convierte en una ‘sopa verde’ de nitratos y cianobacterias y su relación con gran cantidad de explotaciones de ganadería industrial en la comarca, acreditado por un estudio de la Universidad de Vigo en 2020”.

“Más recientemente, la Comisión Europea ha decidido llevar a España ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea por incumplir la Directiva de nitratos y no haber tomado medidas suficientes contra la contaminación de los acuíferos. En cuanto a la contaminación del aire, España lleva desde 2010 superando el límite legal de emisiones tóxicas de amoniaco que marca la legislación europea. Gran parte del amoniaco proviene de la degradación de los residuos de los animales”.

Pero no son las únicas evidencias, prosigue. “También se pueden citar los pueblos segovianos de Ochando y Lastras de Cuellar, que tienen que abastecerse con garrafas de agua, ya que sus acuíferos están contaminados con nitratos. En las inmediaciones se encuentran explotaciones de ganadería industrial”.

Además, recuerda sentencias judiciales que avalan la contaminación del agua a consecuencia de la ganadería industrial, como por ejemplo la Sentencia nº 10/2018 del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha donde “queda suficientemente acreditado por los informes de los Servicios de Salud de la Consejería de Sanidad […] que las aguas de consumo público del Ayuntamiento de Torrejoncillo del Rey están contaminadas por los nitratos procedentes de los purines y estiércol originados por las granjas de cerdos”. Asimismo, menciona el informe del Ministerio para la Transición Ecológica de 2019 alertando de la incidencia que estaban causando las granjas de cerdos en el desastre del Mar Menor.

“España se encuentra en estado de Emergencia Climática, según lo declarado por el Gobierno central en 2020 y con unos Objetivos de Desarrollo Sostenible que para cumplirlos necesitan de acciones que van más allá de llevar un pin en la solapa y de discursos bienintencionados”, concluye.

La Coordinadora Estatal Stop Ganadería Industrial está formada por más de 50 movimientos vecinales de siete comunidades autónomas (Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Galicia, Murcia y Comunidad Valenciana) que trabajan junto a organizaciones nacionales e internacionales por otro modelo de ganadería.

(SERVIMEDIA)
05 Ene 2022
CLC