A través de una carta abierta, Amnistía señaló que Obama "tiene la responsabilidad de presionar públicamente por la mejora del pobre historial de China" en materia de derechos humanos.

Esta organización lamentó que miles de activistas chinos y abogados de derechos humanos siguen siendo víctimas de detenciones arbitrarias, acoso y encarcelamiento tras juicios injustos, mientras que las autoridades siguen ejecutando a más personas que el resto del mundo.

"El Gobierno chino ha intensificado sus esfuerzos para silenciar cualquier crítica interna, a pesar del crecimiento económico del país. El presidente Obama debe aprovechar esta oportunidad para demostrar que Estados Unidos ven los derechos humanos como un elemento central de su relación con China", dijo Sam Zarifi, director de AIl en Asia y Oceanía.

Amnistía Internacional sigue de cerca los casos de muchas personas que se encuentran en detención administrativa, incluso la "re-educación a través del sistema de trabajo" de detención, donde los detenidos pueden ser encarcelados por hasta cuatro años sin juicio.

Por otro lado, Human Rights Watch (HRW) hizo público el pasado jueves un informe en el que asegura que el Gobierno chino mantiene una red de "cárceles negras" desde 2003, en la que un gran número de ciudadanos permanecen incomunicados durante días o meses y son sometidos a tratos vejatorios por agentes estatales.

HRW denuncia que las fuerzas de seguridad chinas secuestran rutinariamente a personas en las calles de Pekín y en otras ciudades, las despojan de sus pertenencias y las retienen en "cárceles negras" situadas con frecuencia en hoteles, asilos de ancianos y hospitales psiquiátricos.