En un comunicado difundido por la Secretaría General de Pesca, indica que el barco realizaba su labor "al amparo de la normativa vigente que en la Unión Europea y en España regulan el arte de arrastre, como tantos otros métodos de pesca".

Medio Ambiente repudia la actuación de los miembros de Greenpeace

que, "realizando maniobras temerarias como arrojarse al mar frente a la proa del pesquero o lanzar fragmentos de red a la hélice del buque para causarle averías, han puesto en peligro vidas humanas, tanto de tripulantes del pesquero como de quienes obstaculizaban su trabajo".

El Ministerio recuerda que mantiene un contacto fluido y constante con todos los sectores interesados en el ámbito de la pesca marítima, incluyendo a las organizaciones ecologistas, "buscando conciliar las distintas posiciones y teniendo en cuenta tanto la protección del medio ambiente marino como las legítimas aspiraciones de los hombres de la mar de realizar un trabajo digno y sostenible a largo plazo". En este sentido, añade que ninguna otra organización ecologista que participe en ellos ha recurrido a este tipo de acciones para propagar o defender sus postulados.

Por todo ello, el Ministerio considera que "no corresponde a un actor individual imponer sus criterios a todos los demás, menos aún por medios coactivos que difícilmente pueden calificarse de pacíficos, por haber intentado obligar al pesquero a regresar a puerto sin ningún producto que vender y sin salarios que distribuir".