Tras esa conversación, Floriano denunció haber sido objeto de amenazas por parte del ministro que, según su versión, le dijo que escuchaba y veía todo lo que decía.

Floriano explicó también que Bono salió de su despacho y se llevó a Rubalcaba como quien aparta a un "amigo que está metiendo la pata".

El ministro de Interior aseguró posteriormente que había quedado en tomar un café con el presidente de la Cámara Baja y que por eso salió a su encuentro.

Preguntado por lo sucedido, Bono aseguró no haber percibido un tono amenazante en las palabras de Rubalcaba, aunque reconoció que de la conversación se desprendía que "no estaban de acuerdo".

El presidente del Congreso confirmó que tenía una cita con Rubalcaba e insistió en que, "en ningún caso, he observado como alguien ha dicho, que hubiera violencia en absoluto o que tuve que separarlos".