En una multitudinaria rueda de prensa ofrecida este lunes en Madrid tras la renuncia "sorprendente" del Papa a su cargo, Rouco dijo estar "afectado", como todos los obispos españoles, por la decisión de Benedicto XVI, que les hacía sentir "seguros e iluminados".

En cualquier caso, el presidente de la Conferencia Episcopal aseguró acoger con "reverencia" y respeto la decisión del Papa, a quien mostró su profunda "gratitud" por los servicios prestados a la Iglesia y por su cercanía con España.

Recordó Rouco en este punto las tres visitas de Benedicto XVI como Pontífice a España, donde, a su parecer, quedó patente que los alemanes no son tan fríos como se les pinta. Y es que, aseguró el presidente de los obispos, en España, este Papa "se sentía muy bien".

Preguntado por cómo debería ser el próximo Pontífice para hacer frente a los retos de la sociedad actual, Rouco habló de continuidad y dijo que en la historia de los Papas, "nunca se dan saltos llamativos". La trayectoria del siglo XX en este sentido ha sido, añadió, "rectilínea".

El presidente de los obispos españoles considera que la gran tarea del próximo Pontífice será, como lo es ahora, la de evangelización en un momento en el que las circunstancias y características de los tiempos están afectando al "sí de la fe".