Los arrestos se han producido en el marco de una operación conjunta de Policía Nacional y Guardia Civil. Las bandas desarticuladas operaban en Ávila, Madrid, Toledo y Murcia. Además, en ocasiones se robaban entre ellas y llegaron a cometer varios secuestros entre sus miembros.

Según informó la Policía, se han recuperado joyas; 385 kilogramos de hachís; bicicletas robadas por valor de 462.000 euros; un camión sustraído; tres armas de fuego y 155.000 euros. También se han intervenido inhibidores de frecuencia, lanzas térmicas, chalecos antibalas y medios informáticos, entre otros efectos

Los 44 detenidos tienen diversas nacionalidades y la mayor parte de ellos residen en distintos municipios de Ávila, Madrid y Murcia. Cometían habitualmente los robos en viviendas cuyos propietarios tenían un alto poder adquisitivo.

CAMIÓN CON BICIS

Durante la investigación, se han realizado 34 registros y se han establecido diferentes operativos policiales, en los que se han incautado 350 kilogramos de hachís en un doble fondo de un camión en Algeciras, así como otros 35 kilogramos en otras actuaciones.

También se ha recuperado un camión sustraído, que transportaba 231 bicicletas de fibra de carbono de última generación -de las que se han recuperado la mayoría de ellas, valoradas en 462.000 euros-. Otros efectos recuperados proceden de los robos de las bandas criminales, que habían acumulado efectos como herramientas, televisores y joyas.

Las investigaciones se iniciaron en enero del año pasado, tras detectarse la comisión de varios robos con fuerza en domicilios de distintos municipios de la provincia de Ávila y del sur de la Comunidad de Madrid.

Las sospechas apuntaban a que los asaltos habían sido cometidos por una banda organizada compuesta por ciudadanos rumanos y españoles conocida. Los objetivos de esta organización eran joyas, herramientas y electrodomésticos, que posteriormente distribuían en el mercado ilícito a través de terceras personas o por medio de casas de compraventa de oro.

LUCHA ENTRE BANDAS

De forma paralela, los investigadores localizaron otras dos bandas que robaban efectos sustraídos previamente por otras organizaciones delictivas con el fin de evitar las posibles denuncias o investigaciones sobre los mismos, artículos a los que daban salida a través de empresas tapadera.

Tras investigar a los receptadores, se detectó la actividad de otros dos grupos delictivos relacionados con los anteriores. Entre sus integrantes se encontraba un conocido “alunicero” de Madrid, conocido como “El niño Juan”, que era especialmente violento en sus acciones. Usaba en sus robos lanzas térmicas, inhibidores de frecuencias, extractores de bombines, etc., al tiempo que no dudaba en usar la fuerza y la violencia si era necesario.

Entre sus actividades delictivas también estaba el tráfico de hachís y de cocaína. Se tuvo conocimiento que la “Banda del Niño Juan” había llevado a cabo un robo de 1.200 kilogramos de hachís a una de las organizaciones delictivas investigadas. El estupefaciente estaba oculto en una nave de Murcia.

Este hecho desencadenó numerosos enfrentamientos entre ambas, llegando incluso a producirse hasta tres secuestros entre miembros de las mismas a fin de recuperar su mercancía.