El inicio del 'rosh hashaná' en hebreo, 'cabeza del año' viene marcado por un periodo de introspección interior en el que se hace un examen de conciencia. “Cada 'rosh hashaná' es una nueva oportunidad de hacer un análisis de uno mismo en su interior y poder cambiar las cosas negativas”, explicó Schoor a Servimedia.

La fecha en que suele celebrarse esta importante cita para todos los judíos no es siempre la misma, puesto que depende del calendario hebreo, si bien suele caer a finales del verano o principios del otoño.

Schoor aseguró que aunque su hogar tiene raíces judías en diversos países como Israel, su familia no vive de espaldas a la realidad española y conjugan el rito religioso correspondiente al final del año judío con los días de Navidad e incluso la Nochevieja, si bien no preparan un menú tan abundante como es costumbre en la mayoría de las familias españolas.

En el caso de la familia Schoor, sus hijos acuden a una escuela judía, “pero de no ser así, al menos, el día de 'rosh hashaná' tengo claro que no irían”, aseguró Nily. Además, quienes trabajan fuera de casa, como es su caso, comentó que intentan hacer coincidir una parte de las vacaciones de verano o al menos unos días de asuntos propios con estas fechas.

¡DULCE AÑO NUEVO!

Durante la cena principal de bienvenida del nuevo año los judios comen alimentos que simbolizan dulzura, bendiciones y abundancia. Es normal ver en la mesa manzanas y miel, porque se pretende así que el año comience con dulzura y se mantenga durante todos los días.

Asimismo, Nily destacó que no falta nunca una granada, porque todas sus semillas simbolizan los principios del judaísmo. “Y un elemento importante en la decoración es una cabeza de carnero, “que viene a decir que nosotros queremos ser los mejores en todo y que todo el mundo debe intentar ser el primero en todos los ámbitos de su vida”.

Diez días después llega 'yomKipur', el día del perdón y la expiación de los pecados. “Durante todo el día la tradición manda ayunar y prácticamente toda la jornada transcurre en la sinagoga donde los hombres visten el 'talit', el manto de oración, símbolo de sencillez y pureza”, según explica María Royo de la Federación de Comunidades de Judíos de España (FCJE).

“Estamos ante una comunidad perfectamente integrada en la sociedad, pero no asimilada, es decir, que se socializan perfectamente pero sin perder sus raíces”, asgregó Royo.

No se esperan grandes fiestas en las calles ni actos de esta federación, porque se trata de una celebración de carácter íntimo y familiar, donde el jolgorio de otras fiestas deja paso a la introspección y a la oración.