Así lo declaró a Servimedia el ex secretario general del Consejo de Universidades y actual director de la Cátedra Unesco de Gestión y Política Universitaria de la Universidad Politécnica de Madrid, Francisco Michavila, autor junto a otros profesores y expertos del libro 'Los rankings universitarios, mitos y realidades'.

Presentada este martes en Madrid, la obra analiza la validez de estas clasificaciones y las distintas objeciones que se aducen en contra de su “excesiva generalización”.

Según Michavila, “con unas 50 universidades públicas, España es el país de la UE con menos instituciones investigadoras de este tipo por número de habitantes”. “Esto nos hace replantearnos muchos tópicos, como aquel que dice que en España sobran universidades”, destacó.

Asimismo, rechazó la especialización de las universidades por áreas de conocimiento, pues “empobrece la vida académica, que precisa de equipos multidisciplinares”.

En su opinión, la creación de campus solo de Matemáticas, de Ciencias o de Humanidades “no arreglará el problema en España”, puesto que la especialización debería venir, dijo, “de forma natural, por la relación entre la universidad y su entorno”.

“Creo que lo mejor sería que estas instituciones se especializasen en función de lo que demanda su entorno”, con una “apuesta importante de financiación y concentración de recursos sobre todo en los posgrados”, afirmó. Ahora bien, Michavila sí defendió “una regulación de la oferta académica”, ya que considera que se ofrecen los mismos títulos a muy poca distancia.

El libro ha sido elaborado a partir de las reflexiones de Vicent Climent, rector de la Universitat Jaume I; Ben deWinter, ex responsable adjunto de programas internacionales de la Universidad de Boston (EE UU), y José Luis López de Silanes, presidente de CLH y del Consejo Social de la Universidad de La Rioja, entre otros.

Destaca que los ranking universitarios resultan “muy útiles” para los estudiantes, a fin de ayudarlos a elegir “dónde cursar sus estudios”, y “también a las universidades, para que escojan con qué otras instituciones prefieren realizar alianzas y colaboraciones”.

Sin embargo, estos ranking “suelen estar muy sesgados hacia la investigación”, pues conceden mucho peso a factores como los impactos de las publicaciones en revistas científicas, el número de Premios Nobel y de Medallas Fields de Matemáticas en el campus y la captación de alumnos internacionales. Aspectos como la docencia, la contribución al desarrollo del entorno o la equidad se ignoran, declaró Michavila.

Según subrayó, “aquí en España nos rasgamos las vestiduras cuando vemos que ninguna de nuestras universidades está entre las 200 primeras en el ranking de Shanghai (ni entre las 100 primeras en el Times Higher Education World University), pero la verdad es que se miden cosas muy distintas”.

“Nosotros tenemos universidades generalistas, con una oferta muy amplia de títulos, y muy volcadas en la docencia”, y esto perjudica su posición en los ranking, indicó.

Además, Michavila recordó que los planes de la ciencia se han reducido un 20% y que el presupuesto de universidades ha caído un 25% desde 2010.

Finalmente comparó la universidad de Barcelona, la mejor situada de las españolas (puesto 201) en el ranking de Shanghai con la de Cambridge, que ocupa el quinto puesto. La primera tiene 6 veces más alumnos y, en cambio, en Cambridge hay un 20% más de profesores y un 25% más de personal auxiliar.

“Si consideramos la inversión en universidades y el número de alumnos que a ellas asisten la posición de España mejora de forma considerable”, por lo que a la hora de “mirar los ranking, debemos ser muy conscientes de qué comparamos en realidad”, concluyó.