El estudio, basado en más de 1.500 entrevistas 'online', fue presentado este martes en rueda de prensa en Madrid por el doctor Ignacio Moncada, presidente de la Asociación Española de Salud Sexual (AESS); el doctor Antonio Fernández Pro, vicepresidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), y el doctor José Antonio Sacristán, director médico de Lilly.

El informe revela además que un 22% de los hombres encuestados declaró que tenía hiperplasia benigna de próstata (HBP), es decir, problemas urinarios como goteo residual tras orinar, ganas de orinar muy a menudo, chorro débil o interrumpido y dificultad para comenzar a orinar a causa del agrandamiento de la próstata, si bien la proporción se eleva hasta el 37% entre los hombres de 55 a 75 años.

RELACIÓN ENTRE DISFUNCIÓN E HIPERPLASIA

La coincidencia de hiperplasia benigna de próstata y disfunción eréctil “no se debe sólo a la edad, como muchos podrían pensar", explicó el doctor Moncada. “Esta relación va mucho más allá y refleja la presencia de factores fisiopatológicos compartidos: los mecanismos que conducen a la presencia de HPB son los mismos que conducen a la disfunción eréctil y quizás por eso el tratamiento de las dos patologías debe abordarse conjuntamente”, agregó el presidente de la Asociación Española de Salud Sexual.

Sin embargo, el estudio refleja que el 69% de los hombres con síntomas urinarios por HBP no lo relacionan con la aparición de síntomas de disfunción eréctil, un porcentaje de desconocimiento que aumenta hasta el 75% entre los hombres de 35 a 54 años.

Según explicó el doctor Moncada, hasta el momento los tratamientos que se dispensaban para los problemas urinarios ocasionaban efectos secundarios que afectaban a la calidad de la erección. Por ello, celebró que hace ya casi un año en España fuera aprobado un tratamiento que solventa tanto la hiperplasia benigna de próstata como problemas de erección.

DESINFORMACIÓN

El informe pone de manifiesto que seis de cada 10 varones encuestados consideran que tanto la disfunción eréctil como los síntomas urinarios asociados a la hiperplasia benigna de próstata deben ser aceptados como un signo más del envejecimiento y como consecuencia del paso de los años, por lo que un porcentaje significativo no busca tratamiento.

Para el vicepresidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, “esto es muy grave, porque no sólo se acepta vivir con menor calidad de vida, sino que se evita que se pueda diagnosticar a tiempo un problema todavía más grave de salud”. Y es que, según explicó, problemas urinarios o de erección son muchas veces “el avisador” de patologías más graves como el cáncer de próstata o problemas de corazón.

“Por ello, el mejor consejo que se le puede dar a los hombres con problemas de hiperplasia o de disfunción eréctil es que no se diagnostiquen a sí mismos que es culpa de la edad, y que acudan rápidamente al médico”, concluyó el doctor Fernández Pro.